POR TI

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“– Hola. –” Todo empezó de esa forma, aquel día en que recibí el primer mensaje de su parte. Como cualquier otra fecha y sin una hora que yo pudiera recordar, comenzamos a chatear. 
Conversación tras conversación nos fuimos conociendo, descifrando nuestros gustos, disgustos, platicando de nuestro diario vivir y hasta de las cosas más tontas, añadíamos comentarios.
Iniciar como tu amiga fue mi primera opción, poco a poco un sentimiento nuevo se habría paso dentro de mí, algo indescifrable pero conocido, aquel sentimiento que alguna vez, en mi pasado, me llenó de dulzura y calidez, pero también dejó una huella imborrable, aquel sabor amargo que tomó tiempo en disiparse en su totalidad. Me sentía atraída por aquella chica; más que atraída sabía que ella estaba sobrepasando aquella barrera de la atracción y el gusto llegando al pequeño rincón dentro de mi corazón que albergaba la palabra “amor”.
Esa actitud pura bañada en aquel tipo de inocencia, que ya casi se daba por extinta en este mundo, fue un catalizador para fomentar mayores reacciones dentro de mí.
Cada acción que decía, cada regaño, cada risa, cada vez que recalcaba su disgusto ante mi pervertida forma de expresarme, inclusive aun cuando se volvía molestosa y malvada; todo de ella llenaba mi interior hasta que un día por fin lo descubrí. – “Estoy enamorada” –  Caía en mi realidad, sentía algo demasiado especial hacia ella, pero ¿cómo debería decírselo?... Simplemente no podía, mis sentimientos nunca serian correspondidos, ella no sentía nada más que amistad por mí. Era doloroso, pero nada podía hacer. Preferí callar; de cualquier forma, aunque la amara nada cambiaria, vivimos en lugares tan distantes, países lejanos y a miles de kilómetros de distancia. Mis esperanzas se agotaban.
–“¿Qué es lo que más te gustaría hacer?” – Le pregunté una vez en mi deseo de conocerla un poco más.
–“Me gustaría ir a acampar.” – Fue su respuesta. – “Quisiera ver las estrellas en medio del bosque” – Añadió.
– “Yo te llevaré. Te llevaré a un hermoso lugar donde podamos acampar en el bosque, ver las estrellas, haremos una fogata y cocinaras algo para mí, aunque quizás tu comida me intoxique.” – Dije dejándome llevar por mis sentimientos, estaba segura de que ella solo lo tomaba como una broma más, pues realmente parecía descabellado y fantasioso que algo así llegara a ocurrir viviendo tan separadas.
Las cosas siguieron por el mismo camino entre nosotras, berrinches, pequeñas peleas, abrazos virtuales, nunca llegamos a oír nuestras voces reales mientras dejábamos que los mensajes y emoticones expresaran lo que nuestros rostros no se podían decir.
–“Te extrañé” – Una vez apareció aquel mensaje de su parte. – “Te quiero” – Primera vez que mi corazón se volcaba por aquellas frases que tanto había recibido por parte de muchas otras personas. Sabía que me lo decías como a cualquier amiga, pero mi corazón no lo iba a dejar pasar. Podía ver alguna especie de luz en medio de la oscuridad, no me podía dar por vencida, ahora más que nunca anhelaba tenerla a mi lado, abrazarla, protegerla y darle todo lo mi amor.
– “EunHa, te prometo que dentro de tres años o menos iré a verte” – Le dije una vez, con toda la seriedad que poseía. Esta era una promesa que marcaba mi vida, no podía ceder a dejar ir a quien amaba, quería verla aunque fuese una vez. No podría ser hoy, ni mañana, ni pasado, porque yo aún era una estudiante universitaria que solo podía aspirar a trabajar un tiempo para cumplir con su más grande sueño.
Lo único que deseaba es que estos sentimientos nunca los pudiera dejar de sentir y que mi amor por ella perdurara hasta volver realidad mi promesa.
…….
Ya han pasado mucho más de dos largos años desde aquel día. Terminé mi carrera y conseguí un trabajo lo suficientemente decente para no morir de hambre, ahorré lo que pude con el propósito de emprender mi viaje.
Mi familia me despide, pensando que solo era un capricho mío el conocer otros países, sin saber siquiera que voy guiada solo por el amor. Amor que he podido mantener todos estos años, amor que he alimentado día a día con nuestros intercambios de mensajes.
Después de un rato, finalmente mi madre me deja en libertad, aunque mi cara estaba llena de las marcas de los incontables besos que había esparcido con su labial. Tomé mi maleta y empecé a caminar en dirección al lugar donde iniciaría mi viaje. Doy la vuelta y desde lejos me despido por última vez de aquellos que dejaba atrás.
Todos los procedimientos antes de abordar, pasaron rápidamente y sin problemas; ahora ya me encontraba sentada en uno de los múltiples asientos de clase económica, que había en el avión. Gracias al cielo me había tocado el asiento al lado de una de las ventanas, aunque del otro lado había una viejecita que comenzaba a sacar una bolsa de maní de su chaleco, casi parecía contrabando de manís. Dejé de ver a la anciana y saqué mi celular de uno de los bolsillos de mi abrigo rojo vino. Encendí el móvil y lo desbloqueé; me fijé que había un montón de mensajes que no había contestado; me reía de algunas cosas que habían texteado algunos de mis compañeros de trabajo, amigos y conocidos, habían muchas despedidas y lo que más abundaban eran esas frases que decían: “Me traes algo” o “Si vienes con las manos vacías, mejor ni regreses”; pero como siempre había un mensaje que en especial captaba mi atención – ¿Ya estás en el avión, Sowon? – Eran textos escritos por su parte. Contesté con prisa al ver que hace mucho rato EunHa me había mandado ese mensaje, no quería hacerla creer que le aplicaría el “Visto”, así que seleccioné mis palabras insertando un “lo siento” en la oración.
– Dentro de poco vamos a despegar, así que les pedimos encarecidamente que apaguen sus celulares y artículos electrónicos hasta pronto aviso.  – Obedientemente hice lo que sugerían, bueno, obedecí después de haberle enviado un mensaje de despedida junto con un sticker de un conejo rosa, a la chica quien me esperaría en un aeropuerto desconocido en otro lado del continente. 
……..

POR TI (Wonha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora