¿Y que pasó contigo?

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Definitivamente no era una buena opción para ella cambiar de idea con respecto a su nemesis.

Nunca optó por abandonar por lo que había estado trabajando esos años. Ella no lo haría, claro que no.

Y como hacerlo, mirarla ahí sentada a unos cuantos lugares de ella, observarla mientras masticaba un lápiz con concentración y de vez en cuando lanzaba insultos sin sentido dirigidos a nada mas y nada menos que a Zet, su amor platónico desde preescolar.

-¡Y tu que sabes estúpido animal con púas!-

-Tranquila Zimeth, yo sólo digo la verdad-

Observaba con detenimiento como intentaba arrancarle parte de su hermoso cabello morado. La miró por unos momentos y por inercia la recorrió de pies a cabeza. Se quedo así por unos momentos hasta que el profesor Bithers optó por amenazarlos.

-Más les vale callarse si no quieren que los una con pegamento por los cabellos-

Ambos callaron y se acomodaron en su lugar. Zimeth hablaba entre dientes y zet sólo sonreía con hipocresía. Ella sólo reía por lo ocurrido.

No hace mucho zimeth había llegado a la eskuela, y era obvio que no era normal, y eso ya lo había notado muy bien. Ella a pesar de tener sus respectivas características de una niña de su edad, no era normal.

Nota uno:
La piel verde no es normal, sus enormes orbes son distintos, podría jurar que son lentillas de mala calidad, no tiene nariz ni siquiera orejas, y su ropa.... Sin comentarios.

Primera impresión que tuvo de la supuesta chica alien.

-Ella no es normal, ¿Qué niña en este mundo puede tener la piel de tonalidad verde?-

-Es una enfermedad de la piel-

Se justifico aquella vez fingiendo demencia. No confiaba nada en ella, especialmente porque después de aquella clase la chica se le acercó con furia y recibió una bofetada certera en el rostro.

-¡No te metas en los asuntos de zimeth! Tu humana asquerosa- y así sin más se alejó de ella mirándola con desprecio.

Aquel día la chica quedó fascinada con la rara niña de piel verdusca, tan fascinada que le era imposible no molestarla.

Pronto supo el lugar donde vivía. Era una casa realmente extraña y la primera vez que vio a zimeth entrar, dos supuestas personas la recibieron. Eran delgados y realmente perturbadores, pero era mas que obvio que eran de metal.

-Bienvenida a casa hija- vociferaron ambos para luego dejar pasar a zimeth la cual solo soltó un gruñido.

Los planes para averiguar como era en su totalidad no se hicieron esperar, y la chica armó un completo y bien organizado plan. Entraría a esa casa costase lo que costase.

.....

Hace no mucho Zimeth había llegado apenas a aquel lugar al cual llamaban tierra, (una extraña referencia según ella) y ya había ganado enemigos, o mas bien enemiga.

Sus mas altas le habían encargado el importante trabajo de esclavizar aquella bola de tierra, sin darle antes un enorme sanwish.

Zimeth se sintió importante. Es decir, no todos los irkens tienen una misión tan importante como la de ella.

Le otorgaron una unidad U.C.I, la pequeña "Gina" como la había llamado, no era una unidad normal. Estaba un tanto estropeada pero una unidad era una unidad.

Se dirigió a la tierra en un largo recorrido de nada menos que seis meses, soportando el frío, el calor y lo mas fastidioso: a Gina, la cual se la paso cantando en todo el recorrido.

¿Y qué pasó contigo? ZaDr (yuri) One-shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora