Lo inesperado de una vida de dos mundos opuestos *★en Proceso y en Edición★*

★Capítulo 1★ (Editado)

¡Hola! ¡Soy Akane! Tal vez quizás no les importe mucho sobre mí, pero deseo hacerlo así que, les contaré...

Desde pequeña vivo en una mansión, en realidad es mucho más grande cuando una vive sola sin familiares que te acompañen. Mi padre trabaja en China y conjuntamente con Nabiki, mi hermana mayor de aunque específicamente es la intermedia de las tres. Si, entonces puedo decir que la mayor de nosotras tres se llama Kasumi y bueno, solo puedo decir que está familia mía se desligó. Como quien dice dejándome como cuidante de la casona.

Odio admitir eso, pero solo me resigno, porque no hay de otra. Hace años vivía con mis hermanas mayores y m madre, la cual nos quería demasiado. Desde entonces, siempre mi padre, desde que tengo memoria andaba en China por negocios de la empresa. Cuando tenía unos 3 años y medio, mi madre cayó tumbada en la cama de su recámara, sin vida, rogándole para que no fuera así. Lamentablemente, desde aquel suceso ocurrieron demasiadas cosas, uno de ellos, el desligue de todas nosotras.

Cumplí los 9 años, y la situación no toleraba por el alejamiento de cada una de nosotras.

A los 14 años, mis hermanas mayores tuvieron que dejarme para cumplir con lo que cada una de ellas iban y/o querían hacer.

Kasumi, cuando me dejó, cumplió los 19 años y se casó con el doctor Tofú. El amigo y doctor de la familia, del también me había enamorado perdidamente. Pero, lamentablemente aquello que tenía guardado no iba a hacer correspondido, ese amor por él no iba a resultar, porque el sentimiento mutuo de Kasumi y él era demasiado notorio. Me resigné, aunque doliera todavía. Quise ser linda como ella, pero no podría igualarla. Además, es mucho mayor y seguí tratando de ver lo obstáculos que se me presentaban y obviamente tuve que olvidarme de él. Fue bonito el sueño de estar enamorada de alguien por primera vez, por más que no fuese correspondido, era agradable y hasta tal vez lo sienta posteriormente, aunque no sepa qué es lo que me espera.

Nabiki, se fue donde nuestro padre cumplió apenas los 18 años. Era demasiado buena con los números por lo que se la llevó para hacerla toda una mujer de negocios.

Un año después, en mi cumpleaños número 15 para ser más precisos, me obsequiaron un diario, según era para que escribiera mi día a día cuando me sintiera alegre o deprimida. La verdad me parecía que fuera algo que tomaría control sobre mi vida y bueno lo guardé en mi clóset de manera para olvidarme de eso.

¿Debía escribir algo ahí? ¿Tenía que hacerlo? ¿Es porque me abandonaron, no? Conste que ya no me preocupan ellos, aunque quisiera saber cómo es el ritmo de vida que tuviera mi padre y Nabiki o incluso poder visitarla todos los días a Kasumi. Pero, simplemente la gran mayoría de eso, no me nacía visitarlos, porque ya me acostumbré a vivir así.

"Será uno de tus compañeros de toda tu vida y podrás desenvolverte escribiendo aquí cuando tengas problemas"

—¡Qué buen consuelo de su parte! —estaba aburrida de todo esto.

Hasta el presente día, mi padre me mandaba dinero para que pudiera subsistir en esta casona. Soy independiente en las cosas que hago o dejo de hacer, ya que ni en eso me pueden controlar. Saldré adelante sola, como ya lo estuve haciendo hace años, así que estoy muy bien y normal.

Aunque...

La curiosidad me albergó nuevamente al cabo de dos enteros años. Saqué el cuadernillo y cerradura que menos mal no se perdió por ahí.

—Nadie me dice que no lo haga. Tú puedes hacer lo que quieras con él, para eso te lo regalaron, Akane.—

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Actualidad.

Año 2004, Japón - Nerima, día 5 de febrero.

Querido diario: