CAPITULO 1

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Narra Gonzalo:

Me encontraba de regreso a casa después de una larga y agotadora jornada en la universidad iba de camino a casa, cuando una anciana se me acercó, no supe qué responderle a aquella pregunta que me había hecho, lo mejor que pude hacer era acompañarla a su destino y esperar a llegar a aquella casa de la esquina color marrón, fue en ese mismo momento que recordé quien era, era la Sra. Smith, ella solía ser una señora muy feliz junto a su marido, ahora se ve algo cambiada, algo le molestaba y no supe que decirle, su pregunta me daba vueltas, ''¿Y ahora qué?", ahí estaba yo pensando cómo responderle ya que su pregunta no podía responder de manera exacta, la dejé en su casa, la que antes era la morada de los Sres. Smith se había transformado en una casa triste, silenciosa y muy descuidada.

Dejé a la Sra. Smith en su casa, me dio las gracias por todo

-Siento mucho esto pero no podría tener una respuesta clara para su duda- dije

A lo que ella respondió -Tranquilo hijo, cuídese, gracias por este gesto-

Decidí retirarme a mi casa que quedaba dos casas a la derecha, habían pasado 2 horas después de lo que había ocurrido y escuché como tocaban la puerta de la casa de los Sres. Smith, fui por curiosidad a ver lo que ocurría con ellos a lo que logré observar a un señor de traje negro, era bastante raro ya que no los solían visitar seguido, estuvo ahí una hora y nadie le abrió la puerta.

-Diablos, me logró ver que noté su presencia- dije para mis adentros

No había pasado mucho tiempo y ya había olvidado eso.

Me dirigí a la cocina a hacer una tostada como normalmente lo hacía todas las noches, cuando repentinamente escuche como seguían tocando la puerta de la casa de los Smith, me molesté con la situación, y le fui a reclamar al señor que estaba haciendo tanto ruido.

-¡Podrías dejar de hacer tanto ruido, llevas toda la tarde ahí, tal vez la Sra. Smith salió o algo así!- Grité

El chico se me acercó, era uno de los dueños de la funeraria local, se me acercó todo enojado.

-¿Crees que no estoy igual o más enojado que tú?, además qué es eso de "Salió o algo así", los muertos no salen de su tumba a pasear- me dijo.

-¡Qué intentas decir!, la Sra. Smith de seguro se fue a dormir, la dejé en su casa después que la vi camino a casa.- Dije

-Estoy cansado de que repitas esto, la señora Camila Smith murió hace 3 meses, es imposible que "La hayas ido a dejar a su casa", ¿Lo entiendes verdad?, no es posible- Respondió.

-Entonces a quién dejé en la casa de los Sres. Smith- dije más bien para mí que para el

-No lo sé- me respondió

Entramos desesperadamente a la casa y cuando entramos no había absolutamente nada ni nadie, salimos de la casa despavoridos y no supimos nada más de ellos.

Luego de un tiempo noté en el periódico como salía la foto de los Sres. Smith, habían muerto ya hace 3 meses por un accidente automovilístico, comencé a investigar y descubrí que su hijo Jhon Smith era el único vivo después del accidente pero había sido internado en un reformatorio para salud mental, ya que negaba la muerte de su madre y comenzaba a repetir la misma pregunta. ¿Y ahora qué?

Después de un largo tiempo decidí dejar ese tema de lado y seguí con mi vida.

Al día siguiente me tocaba ir a la universidad del Estado aún más temprano que ayer, recordando que ayer apenas me había ido a inscribir.

LAS AVENTURAS DE LOS TRES CHIFLADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora