I

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"Kim Tae Hyung"

"Así es"

"22 años"

"Ajá"

"Buenos promedios en las mejores escuelas"

"Desde primaria"

"¿Por que quieres trabajar si tienes dinero"

"Señor, mi padre tiene dinero, yo no, debo trabajar y quiero hacerlo, se lo prometí a mi madre"

"De acuerdo pero... ¿Por que en un hospital de esta irrelevancia?"

"Quiero ir subiendo de nivel con él"

"Tienes buen porte, buen lenguaje, buena sonrisa, pero no tienes un papel que marque que estás preparado para observar el martirio de estos niños y chicos, no son..."

"Son personas que necesitan amor, eso es todo, son iguales a nosotros, no puedo creer que usted, el director y fundador de este hospital, diga eso"

Se levantó de la silla dispuesto a retirarse, pero la voz grave lo detuvo.

"Debe ser fuerte joven Kim, no todos logran el tratamiento, a eso iba, no son eternos, hace dos días se fue una pequeña de 12 años, los acababa de cumplir una semana antes, le prometí más cumpleaños así" Su voz se quebró.

"¿Estas dispuesto a sacrificar todo para verlos felices si quiera un día más? ¿Estas dispuesto a aceptar que algún día, será el final?"

El director se levantó y con los ojos húmedos extendió un papel.

Contrato.

"Lo estoy" Con una sonrisa reconfortante tomo una pluma y firmó aquel papel para que así, empezara desde cero y conociera a esos hermosos chicos y chicas que anhelaba hacerlos sonreír.

"Empiezas mañana lunes en el turno de la mañana"

"Puedo cubrir los dos, no tengo nada que hacer en las tardes"

"De acuerdo, hay una habitación a lado del último paciente, esa es para que descanses, bienvenido a la familia Kim Tae Hyung"

"Gracias, muchas gracias señor Joon"

"Gracias a ti hijo, por entender y ser valiente, muchos se van a la semana, espero y puedas quedarte"

"Claro que lo haré, vendré mañana a primera hora, descanse, gracias de nuevo"

Tomó el portafolio con sus papeles y se dirigió a un hotel cerca de ahí, había trabajado en Busan un buen rato de mesero y le daban buenas propinas así que ahorro para ir a la ciudad que su amada madre le había indicado, Seúl.

"Mañana será un día extraordinario"
≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈

"Mañana otro día de mierda"

"Jungkook sabes que no puedes decir esas cosas, hay niños viviendo aquí"

"Yo también llegué aquí siendo un niño y el de a lado gritaba groserías todo el tiempo"

"Tenías 17 años, ya no esras un niño"

"En mi defensa diré que mis padres me abandonaron aquí por ser una "carga" que estúpido"

"Siempre usas eso en tu defensa y ya deja de decir groserías"

"Yijon, necesito mi relajante"

"No Jungkook ya te di dos en el día y eso está mal"

"Vamos, lo necesito"

"¿Que tal un cuento?" La chica se sentó sobre su cama a lado de él y comenzó a citar.

"Odio esas mierdas"

"Había una vez..."

"Puta madre"

Jungkook era un chico bueno, nunca le hacía mal a nadie, siempre sonreía y daba su mejor esfuerzo para lograr todo, era bueno en los deportes y sobre todo natación, pero a los 17, en una competencia, confirmaron que tenía síndrome de Ebstein.

Sus padres habían decidido hacerle sus tratamientos pero después de una semana de estar internado lo abandonaron, hijos de puta.

Desde ese día todo cambio para él, así que nada, quería terminar con su vida, decía que no tenía sentido seguir de pie cuando la gente que creías que te amaba te abandona con el corazón grande y dañado.

Trato de despedirse de este mundo pero algo siempre lo impedía hasta que se resignó y dejó que su problema lo consumiera.

Comenzó a ser un amargado y grosero, veía todo lo negativo y nadie se ponía a discutir con el por que salían perdiendo.

"Buenas noches" Tapó su cabeza con la cobija blanca molesto.

"Buenas noches" Yijon se despidió y salió de ahí.

Sabía que Jungkook lloraría de nuevo, como cada noche.

≈ H E A R T ≈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora