El Padre De Mi Mejor Amigo[Ziall-Smut][Terminada]

Capitulo 18

Pov's Harry:

Llevaba apenas dos días en casa de mis abuelos, en toronto. No podía dormir, porque cada vez que lo intentaba, mi mente me jugaba una mala pasada y no podía dejar de pensar en Louis.

Tampoco podía comer, porque tenía unas horribles ganas de vomitar todo el tiempo.

La verdad es que extrañaba a Louis, sentía que una enorme opresión se apoderaba de mi pecho, con cada minuto que pasaba sin verlo.

Pensé en que con el tiempo todo se olvida, todo se sana.

Pero la verdad, es que yo no quería olvidarlo, no quería que toda esta historia quedara inmersa en el pasado.

No quería perderlo, porque simplemente no me veía enamorado de otra persona, tal y como me enamoré de él. Con tanta fuerza.

Y tampoco me imaginaba verlo con alguien que no fuese yo.

Me cuesta aceptar que todo esto terminó.

Y también, que en realidad lo que yo tanto amaba nunca existió del todo.

Pero no podía seguir viviendo de esta manera.

Sin comer, sin dormir, sin pensar en otra cosa que no fuera él.

Cuando apoyaba mi cabeza en la almohada pensaba inevitablemente en su olor.

A pesar de nunca haber apoyado su cabeza en ella.

Incluso en las calles, me parecía ver sus sombras en cada lugar.

Ya no podía soportarlo más.

Yo sé que debo olvidarlo, pero he decidido volver a casa.

Me despedí de mis abuelos y tomé el bus de vuelta a casa.

En alrededor de unas cuantas horas ya estaba de vuelta.

Hoy era lunes por la mañana, y  papá tal vez estaba trabajando.

A Niall también lo extrañaba mucho, apesar de no haber vuelto a hablar con él.

No sé que pudo haber hecho que se alejara de mí.

Pero ya no importaba, para mí Niall era mi hermano.

Y siempre sería así.

Ahora todo es tan confuso en mi mente, y hace tanto que no estoy feliz y completamente en paz.

Desde aquel entonces en que Niall cocinó para Zayn y para mí.

Yo estaba con Louis.

Y todo era como... diferente.

Tan feliz

Incluso veía sonreir a Zayn, que no lo hizo durante tanto tiempo.

Al llegar a casa se veía todo muy callado, eran alrededor de las 8 o 9 am.

Me golpeé mentalmente por haber olvidado las malditas llaves.

Y Zayn seguro está trabajando.

Golpeé la puerta.

Pero no se escuchó nada.

La segunda vez se escuchó algo asi que seguí golpeando.

Hasta que, finalmente, Zayn abrió la puerta.

Se le veía raro.

No sorprendido de verme, en realidad, todo lo contrario.

Me pregunté por qué, pero quizás era porque era un lunes a las 8 de la mañana y si no fue a trabajar era porque seguro quería dormir y yo lo desperté.

Hablamos un poco, lo normal.

Me preguntó como estaban los abuelos.

Incluso se me ocurrió preguntar si por casualidad había venido Niall.

Lo extrañaba mucho.

Y justo en el momento en que iba a negarlo, escuché una voz por las escaleras.

Una voz bastante conocida,

Sabía que era Niall y fue tal mi emoción, que incluso iba a lanzarme a él para abrazarlo.

Pero me quedé estatico en mi lugar al ver que estaba desnudo.

Niall.

Desnudo.

En mi casa.

Con Zayn.

Solos.

Mi cabeza retumbaba y retumbaba con aquellas palabras.

- Harry, puedo explicarlo...- habló Zayn

Y sonó tan lejana su voz, que me fué imposible entenderlas del todo.

'¿hablaste con Niall?' 'Ya no viene tu amigo, ¿Están enojados?' 'Avísame si se arreglan' 'Niall se fué' su cara de decepción... sus sonrisas. Las que aparecieron cuando estaba Niall.

Mi corazón empezó a retumbar ruídosamente en mi cabeza.

Y todo me hizo Click en ese instante.

Niall, mi mejor amigo y mi padre.

En ese entonces comprendí las palabras de Zayn, que había dicho anteriormente.

'Harry, puedo explicarlo...'

Pero para ese entonces la rabia se apoderó de mí, y no supe reaccionar de mis actos.

Grité lo que se me vino a la mente y salí de allí, pegando un portazo sin más.

Solo sabía detrás de todo mi enojo, que no quería volver a ver a ninguno de ellos jamás.

Incluso me repugnaba pensar, que mi padre. Mi propio padre, estuviera con Niall.

Niall, ¡mi mejor amigo!

Tiene 16, ¡demonios!

¿Cómo pudo Zayn arrastrarlo a esto?

Caminé y caminé durante horas, hasta que encontré un parque cercano, regado de pasto.

Un verde y aloroso pasto.

Me senté en una banca y puse mi cabeza sobre la palma de mis manos.

Sin darme cuenta, después de unos minutos, estaba llorando.