Frío. Todo es oscuro y frío a mi alrededor. El día se ha vuelto noche y la noche solo invita a mi mente a seguir despierta, a aferrarse al dolor como cadenas de alambre que mantienen mi cuerpo sujeto sobre el abismo. Dolor, dolor, dolor; parece ser lo único que aún mantiene mis pies en esta supuesta realidad. Puedo sentir como se escurre por mi piel como una segunda capa, extendiéndose por todo mi cuerpo como una espesa lluvia negra.
Y en la calle el Sol sigue brillando, ignorando que ya no puedo sentir su calor.El tiempo seguirá corriendo por mucho que tú intentes impedirlo; la vida seguirá su curso contigo o sin ti. La desesperada realidad que somete a la sociedad se extiende hasta los horizontes de mi vista, como un manto grueso y caliente que oculta y protege a todos aquellos que lo aceptan sin más, sumiéndolos en una rutina incansable que les obliga a seguir el camino de cada uno como verdaderos autómatas. Sería tan fácil dejarse caer bajo esa realidad... Sin embargo, siento que yo no le pertenezco; mi mundo se encuentra en una dimensión desconocida para todos aquellos que siguen con sus pies en el suelo.
Soy una forastera en el planeta donde nací; soy una extraña en la familia que me crio y una intrusa en el cuerpo que ha crecido conmigo durante todos estos años que han formado mi vida. Soy capaz de mirarme en un espejo y no reconocer los ojos que me observan, vacíos.
Frío. Lo retengo en mi con desesperación. ¿Qué puede quedar cuando ya no tienes ni eso? Estoy demasiado segura de que es la última barrera antes de quedarte hueco. Sin dolor, sin odio ni rabia, sin nada que te haga sentir humano o vivo, lo único que te mantiene es el frío. Y lentamente lo va quemando todo.
Me obligo entonces a seguir clavando desesperadamente el dolor en forma de puñaladas en mi interior (llámale corazón, llámale alma, dile como quieras porque seguirá siendo la misma mierda que te mantiene vivo sobre tus pies) porque en el momento en que sientes que se escapa de tus manos ya no queda nada que importe, porque dentro de ti ya estás muerto.
Dolor, dulce dolor, no dejes que el frío se lo lleve todo.
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Muros de niebla
CasualeQuien no haya sentido la depresión en sus propios huesos podrá leer esto y no sentir nada; todos aquellos que viven con un vacío en su interior quizás puedan encontrar algo de comprensión en mi propio pozo.