♥ Lucharé por ti {Larry Stylinson ~ One Shot's} ♥

Especial. ~POV Harry~.

Hola♥. Bueno, este Shot está escrito por mi. Es de mi autoridad y están todos los derechos reservados.

ACLARO, LA HISTORIA NO ES CREACIÓN MÍA, SINO DE @gaybeanies. ELLA CREÓ UN SHOT, LLAMADO 'Especial' EL CUAL NARRA ESTA MISMA HISTORIA, PERO DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOUIS. SON DOS SHOTS TOTALMENTE DISTINTOS. TODOS LOS CRÉDITOS DE LA HISTORIA ESTÁN RESERVADOS A ELLA. Y ESTÁ TODO ANTERIORMENTE HABLADO ENTRE AMBAS. NO ESTÁ PERMITIDO COPIAR, NI ESTE, NI EL DE ELLA. GRACIAS.

Realmente les recomiendo que se pasen por su perfil de Wattpad y lean sus creaciones, son fantásticas, escribe maravilloso. El Shot del que les hablo está en su carpeta de One Shot's llamada 'Nosotros, los que se esconden. {Serie de One-shots, Larry Stylinson.}' Para entender mejor la historia, después de terminar este, pasénse por su perfil y lean el original, escrito por ella.

Bueno, eso es todo, no les quito más tiempo y espero de todo corazón que lo disfruten.
I love ya♥.

Louis Tomlinson era especial. Porque era un chico de Doncaster, de 17 años. Su cabello era lacio y brillante, y amaba con desesperación todas las maneras en que lo peinaba dependiendo de su estado de ánimo cada mañana. También amaba la forma en que se volvía más claro y aún más brillante cuando estaba bajo la luz del sol. Y siempre olía a fresas, y a algo como menta. Nunca le dejé notar que me encantaba su olor, jamás llegué al punto de enterrar mi nariz en su cabello o en su piel para sentirlo. Él siempre lo hacía y yo me burlaba, pero era una de las cosas que lo hacía especial.

Sus ojos eran azules, y sentía que me ahogaba en un interminable mar cada vez que los miraba, un interminable mar que jamás quería abandonar. Siempre fui notoriamente más alto que él, pero no podía evitar sentirme pequeño cada vez que lo miraba a los ojos, siempre fui insignificante a su lado.
Sus labios eran finos y suaves. Y encajaban a la perfección con los míos. Me encantaba la manera en que se estremecía con el más mínimo roce de mis labios, y siempre noté que cuando lo besaba él podía sentir todo lo que quería demostrarle con cada beso, él podía sentir cuanto lo amaba, y darse cuenta de todo lo que era capáz de hacer por él.

Era especial porque me hizo cambiar, porque aunque fuera un maldito Don Juán, cuando lo conocí me enamoré perdidamente de todo lo que componía a su persona, y jamás lo engañé. De un momento a otro ya no había día en el que no estuviéramos juntos. Antes, incluso en mis relaciones con mujeres, no era de mi agrado demostrar mis sentimientos en público, me importaba demasiado la opinión de los demás. Hasta que llegó Louis, con él todo cambió. Siempre lo sostenía en mis brazos, nos tomábamos la mano frente a todos, y no me importaba besarlo en público, aún sabiendo que todas las miradas estaban puestas en nosotros. Sólo quería que todos supiesen que él era el mundo para mi, siempre lo fue.

Era especial porque cuando la luna se asomaba en el cielo, y no teníamos nada más que hacer, hacíamos el amor en mi cama, nuestra cama. Siempre me gustó más que él estuviera arriba, mis manos podían estar libres y recorrer con suavidad su cuerpo, su hermoso cuerpo. Siempre sujetaba su trasero con ambas manos cuando sentía que no podía más. Y sé que le gustaba. Cuando nos entregábamos el uno al otro, me sentía más pequeño e insignificante de lo común.
No quería lastimarlo, no quería hacerle daño. Y me gustaba que él me demostrara cuanto me amaba. Nunca me sentí lo suficientemente bueno frente a él. No creía saber como hacerlo. Cuando terminábamos, él se ponía frente a mi, me besaba dulcemente en los labios, mejillas y frente, para luego darme la espalda y pegarse a mi cuerpo. Yo lo abrazaba por la cintura y repartía besos en su cabeza, cuello, nuca, hombros, y todo lo que estuviera a mi alcance. Para luego oír detenidamente como su respiración se calmaba poco a poco. Comenzaba a decir cosas estúpidas para que él riera, su risa era sin duda mi sonido preferido. Él esperaba a que yo dejara de decir tantas tonterías, pero sabía que no lo iba a hacer.
Antes de que se durmiera, le susurraba al oído cuanto lo amaba y necesitaba, él me regalaba una hermosa sonrisa y caía rendido por el sueño segundos después. Siempre me quedaba un momento observando cada facción de su rostro, y me dormía sintiéndome el hombre más afortunado de toda la tierra.