Final

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"—Me pregunto, ¿algún día cambiará?"

"—Ya no estaré viviendo para cuando ese día llegue."

Nunca se sabe cuánto dolor puede llegar a causar una persona hasta que se va, dejándonos a la deriva y en la continua lucha contra el mundo. Sin importar qué tan útil e inútil fue en nuestras vidas, siempre formarán una parte de ella.

Escuchó los sollozos de Lydia a un costado, acompañada por Scott, Liam e Isaac. Incluso la propia Breaden estaba llorando por aquel muchacho.

Él no tenía por qué llorar, no fue alguien tan importante en su vida a pesar de haberle dado el mejor sexo salvaje que su mismísima esposa nunca le había podido otorgar. Pero bueno, sólo fue por eso. De resto su familia eran Breaden y su hijo, Tyler.

Obviamente que se asustó cuando encontró el cuerpo sin vida del castaño, recreando una escena tan tétrica de esas películas de terror que a él tanto le gustaban, irónico que había acabado de la misma forma.

Y es que, fue tan chocante ver la agrietada cara de Stilinski, sumando sus ojos abiertos mirando con dirección a cualquiera que entrase por la puerta de su cuarto, aquellos ojos sin vida, sin brillo, pero con mucho dolor a pesar de estar inertes. Claro que llegó a sentir miedo.

Por eso, estaba con gafas oscuras para no tener que encontrarse con esa mirada algo acusatoria de su amante, debido a que los de la funeraria habían dicho que no podían cerrarle los ojos porque sus párpados se quebrarían, y así si era peor la cosa.

El ataúd comenzó a descender mientras los alaridos de la pelirroja y el sheriff se hacían escuchar con más vera. Hasta el punto de sentir algo de compasión por ellos.

Acabado el sepulcro, John Stilinski se acercó a él con un aspecto moribundo y cansino, sin embargo conservó la diplomacia al saludarlo.

—Señor Hale, es un gusto que se encuentre aquí para despedir a mi hijo. —habló rápidamente, seguramente porque se iba a quebrar en cualquier momento—. Stiles me dijo cosas increíbles sobre usted. Le agradezco por su amistad con mi hijo, a pesar de que el... apenas... fuera un muchacho. —expresó cada palabra como si le estuvieran enterrando agujas en el pecho, recomponiéndose al instante.

—Lo que sea por Stiles. —sonrió compasivo, pero una voz en su mente le decía lo cerdo cínico que era.

—Él... en unas de sus recaídas, me dijo que habían cosas en su cuarto para sus amigos. Ellos sabrían qué les pertenece, nunca me lo dijo. Sin embargo, usted está entre ellos.

Derek empezó a agitarse: —No hay necesidad, no quiero irrespetar la privacidad de Stiles.

—No importa, él me dijo que cuando no estuviera, muchas cosas iban a mejorar —John sacó un pañuelo del bolsillo en su traje, se limpió las mejillas húmedas antes de hacer una pausa—. No veo en que pueda mejorar en mi vida, sin él.

Derek se sorprendió cuando John soltó un sollozo que, por Dios bendito, le rasgó el alma. Solo asintió comprensivo y partió con su familia para su casa.

Ya habían pasado dos semanas y el cuarto de Stiles quedaba con la cama, el armario y parte de su ropa. Absolutamente todos habían ido por su recuerdo, como si fuese una maldita tienda de regalos.

No quiso pisar la casa de los Stilinski desde entonces, sentía a Stiles en carne viva si iba allí y no es que sea algo malo. Solo que todavía no está preparado.

—Papá... —escuchó a Tyler llamándolo desde su cuarto, nervioso fue a verlo.

—¿Hijo? —el pelinegro levantó la cabeza, dejando ver los mismos ojos verdes que estaban aguantando las lágrimas.

Secret Love OS |Sterek|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora