Capítulo 17: Despedida De Soltero Parte 2

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Erick besó a Joel. Y Joel besó a Erick. Ambos se besaron.

Fue algo simple, casi un desliz por error, pero no pude evitar abrir los ojos como platos y quedarme estática mirando la escena.

Debían estar muy, pero muy ebrios para besarse. Y se me ocurrió una brillante idea: las fotografías duraban para siempre.

Saqué mi celular y les tomé una adorable foto de su romance de una noche, se volvería loco mañana cuando se la mostrara.

Richard también los miró y tenía la misma expresión que yo, diría que incluso más asustado. Se percató de mi presencia y se levantó hasta quedar a mi lado.

-Por favor, dime que vienes para llevarme lejos de este lugar -me gritó encima de la música.

Le guiñé el ojo como un gesto para que se tranquilizara y confiara en mí.

Si quería sacar a Joel de allí, tendría que ponerme a trabajar de inmediato.

Me subí a la plataforma donde Erick y Joel bailaban (ya habían dejado de besarse, pero seguían muy juntos) y me puse al medio de los dos. Joel perdió el equilibrio al verme y cayó de espaldas al suelo, perro se puso de pie enseguida como si nunca se hubiese golpeado y se refregó los ojos repetidas veces mirándome.

-Hola, cariño ¿no te alegras de verme? -le dije cargada de sarcasmo.

-¡_____, que haces aquí? -gritó aún sin poderlo creer.

-¡Te vine a buscar, nos vamos ahora antes de que termines acostándote con Erick!

-¿Irme? La fiesta recién empieza, ven, baila conmigo -intentó sujetarme de la cintura, pero le di un empujón y cayó otra vez al suelo, sin embargo, esta vez no se puso de pie y se quedó allí. Se durmió tan rápido como cayó.

Con la ayuda de Richard sacamos a los chicos y los acomodamos en el auto. Procuré dejar bien separado a Erick de Joel, que seguía dormido, pero Erick no y parecía que tenía enregía para toda la noche.

Richard se fue de copiloto y me dijo que fue idea de Erick hacer una despedida de solteros. Mataría a Erick cuando estuviera sobrio.

Le dije a Richard que podía quedarse en mi casa, pero insistió en volver a la suya, así que le presté el auto en cuanto llegamios para que pueda irse. Me despedí de él y le recordé que el sería el padrino de bodas junto con Margot, dijo que no había problemas, que ya sabía y que no podría olvidarlo.

Richard como padrino de bodas era una historia un poco confusa. Hace dos meses, Margot me había pedido ser la madrina, y como era mi rpima le dije que sí. El problema era el padrino, ya que Margot no quería estar con Erick porque la haría reír sin parar en medio de la ceremonia, Paige se pondría celosa si lo era Christopher y Zabdiel estaba descartado por ser Zabdiel (y porque se pondrían a discutir por cualquier cosa). Yoandri recién se estaba adaptando a nosotros, además iría con Brooke a la boda, así que el único que quedaba era Richard, y cuando se lo dije a Margot se negó rotundamente.

No le vi nada malo a Richard, no pelearían ni la haría reír y nadie se pondría celosa, pero Margot seguía negándose, hasta que Joel me dijo que tal vez a Margot le gustaba Richard y la ponía nerviosa ir con él.

Aún no se lo preguntaba, pero era una posibilidad. Y si yo había terminado enamorada de Joel después de ocho años, ¿por qué ella no de Richard?.

Richard me ayudó a bajar a los chicos y después se marchó.

Mis amigas seguirían en mi habitación viendo películas o desordenando todo lo que encontraran. Dejé a Christopher y a Erick en el cuarto de huéspedes y ni siquiera me animé a limpiarlos o quitarles la ropa para que estuvieran más cómodos. Quería ver la cara con la que despertarían mañana. Y por supuesto, la resaca.

Joel fue otra cosa. A él lo arropé y le puse su pijama, estaba medio inconsciente cuando lo llevé a su cuarto, pero me pidió que por favor durmiera con él. Apestaba a alcohol y seguro intentaría algo en medio de la noche, sin mencionar que seguía algo conmocionada por verlo besar a Erick, pero accedí a su petición por cariño. Erá mi última noche como soltera y tal vez debí haberla pasado sola en mi habitación para añonar la soledad y la independencia, pero preferí pasarlo con un Joel ebrio por una simple razón.

-Joel... -le susurré al oído cuando me acosté a su lado. Él se removió un poco y roncó. Creí que se había dormido, pero carraspeó y murmuró algo.

-Dime, ______ -murmuró arrastrando las palabras.

-Yo no fe gamo -le dije. Eso lo hizo despertar de inmediato y mirarme con los ojos desorbitados, pero seguros.

-Pero tu dijiste que... que... -balbuceó.

Le sonreí y lo besé con cuidado, no me causó asco su estado, besar a Joel siempre era mágico.

-Ya sé lo que dije, pero te quiero aclarar que ya no fe gamo, sino que te amo -y eso pareció calmarlo, porque susurró algo como un "yo también" y por fin se durmió profundamente.

Yo no lo pude hacer hasta bien entrada la madrugada, en unas cuantas horas más estaría casándome con el chico que tenía a mi lado y me ponía a pensar en todo lo que pasé durante ocho años, desde que lo vi llegar hasta el día que me dijo por primera vez que me amaba.

Me dormí con un solo pensamiento, que era afortunada de tener a Joel y que lo sería mucho más cuando se convirtiera en mi esposo.

Casate Conmigo - Joel Pimentel Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora