Infierno Azul (Ao No Exorcist Y Tu)

Cap II: El fuego azul.

No podía creermelo, como esto es posible... Siendo la hija de un demonio mayor, es horrible. Al día siguiente me levanté temprano, no tenia hambre ni sed solo pensaba y pensaba esa noche. Un puñetazo callo en la mesa que la destruyó por completo, mientras mis lágrimas negras caian. Había perdido el control.

– Soy un demonio.... -dije llorando-

Ví mi mano había aquel fuego azul, no sabía como apagarlo. Me fui al baño y mis ojos se hicieron brillantes igual mi fuego, me relaje un poco y las llamas se calmaron...

Me puse mis jeans negros, mi camisa negra, mi sudadera verde, y mis tenis que cuando caminas la cosa blanca brillan de colores. Caminando tranquilamente, no tenía pensamientos.

Creo que tendría que controlar mi fuego, si me enojo prenderan y también si saco mi espada.

– ¡Buenos días! _____... -dijo Rin-

– Ah! Buenos días Rin -sonriendo-

– Pasastes una mala noche ¿no? -mirando mis ojos-

– Eh si....

Caminabamos juntos, jugábamos y platicamos divertidos, hasta llegue a el tema.

– Rin... -me pare-

– Si?

– ¿Qué harías si alguien fuera el hijo o hija de Satanás? -cabeza abajo-

– Eh?  -sorprendido-

– Matarlo... ¿no?

Me fui de ahí corriendo, para que no me alcanzara, hasta que llegue al salón.

– _____, quiero hablar contigo -dijo Mephisto-

Fui con el.

– Se que eres la hija de Satanás, eso será secreto, si alguien más se entera no dudaría matarte... Los demonios te perseguiran ha llevarte al amo -se convirtio en perro- Así que cuídate y controla tus llamas -se fue-

Me lo dijo tan directamente, que me quedé en shock, como ese payaso sabe que soy la hija, quien rayos... Le dijo.

Me sente aburrida esperando el profesor pero me acordé que había entrenamiento, fue a correr hacia allí y estaban esas ranas asquerosas pero bueno.

– ¡Sigue Rin y _____!

Puse mi cara de que. Por que con el. Todos nos chiflaron, puse mi cara de la muerte y se les quito la gracia. Comenzó. Al final me quede sola sentada mientras que los demas continuaban la plática, pero algo sucedió que me dolía mi corazón. Ví a Rin y estaba abajo, su cuerpo en la boca de la rana. Dijo algo que esté lo obedeció, que raro. Por cuando abrio su boca ví sus ojos, una pupila roja.

De repente me enoje así de la nada, una pequeña flama en una mano la cubrí pero salió otra. Mierda. Salí corriendo y por culpa de una piedra me caí de cabeza lo bueno no me desmadre, fui rapidamente al baño y estaba llena de fuego azul, puse mis manos en el lavadero pero se deritieron muy rápido. Lo más extraño tenía sed de sangre, sed de venganza. Hasta que esas palabras salieron de mi boca.

– ¡Ellos no merecen vivir! -sonriendo maniáticamente-

»No... no!!!« pensé, mientras mis manos cubrían mis cuernos.. Grité tan fuerte que hio que mis orejas, fuego crecieran más, cada vez sin controlarme.

– ¿_____? –voz de Rin.

»No...no! Estoy sacando mi espada..«