Ring.
Suena el timbre y nos dirigimos hacía clase.
Mark me llama y yo lo sigo.
-Te he de pedir una cosa- este chico no para de sorprenderme - Necesito que me chupes la polla hasta dejarme seco.
-Acepto encantada.
A Mark le brillan los ojos. Entramos en la sala del conserje y me agacho a la altura de su paquete. Cuando estoy preparada veo que él coge su teléfono y me saca una foto.
-¡¡capullo!!
-¡Eres una chupa pollas!
Sus risas me taladran el cerebro.
Salgo corriendo de esa sala para encerrarme en el baño a llorar.
¿Porque la vida es tan injusta? Yo solo quería hacerlo por primera vez y así practicar...
Todo el mundo me odia, incluso Dios.
¿Por que estoy diciendo esto si soy atea? Se me están fundiendo las neuronas...
Lo tenía tan cerca... se me escapó de las manos como todo.
Cojo mi móvil para stalkear a gente y ponerme caliente. Entro a instagram y veo una nueva notificación de Mark.
Es la foto. Mi foto.
¿Como puedo ser tan furcia?
Me voy a cagar en todos sus muertos, rezar a mi dios Satanas para que le corten la tráquea, y todo lo posible para arruinarle la puta vida.