↪Especial↩

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Lamento la tardanza, es que se me había olvidado, idk.
✦•°.:.

La albina estaba nerviosa, hoy era su aniversario con él moreno, y no sabia que regalarle.

Le había pedido ayuda a sus dos mejores amigas, Toddy y Chica, y a su hermana. Aunque la idea, que le dieron, no era una que le agradara mucho.

Pero, aunque llevaban ya un año de relación, nunca lo habían echo. Solo abrazos, besos y algunas caricias de Deuz, las cuales no llegaban más que a modelar su cintura y caderas.

Por lo que, él moreno, no hacia más que utilizar sus manos. Pero era verdad, puesto que; al ver a su novia, en traje de baño, con alguna bata que modelara su figura o saliendo de la ducha, lo dejaba bastante duro y no le quedaba de otra que utilizar su mano.

Pero, a partir de ese día, no las volvería a utilizar. Bueno... No siempre.

Hoy, Mai, había decidido seguir el consejo que le habían dado y darle, por fin, su preciada virginidad al chico que tanto amaba.

✦°•.:.•°✦

Una vez Deuz llego a su hogar, el cual compartía con su novia, le extraño no verla esperándolo. Supuso que estaba en la cocina, haciendo la cena, pero no, nada.

Subió al cuarto de ambos y entró, tampoco estaba ahí. Extrañado, se acerco a la cama, y se sentó en el borde de esta.

Al cabo de un rato, sintió una venda cubrir sus ojos y unas manos desabrochado su camisa. Quiso moverse, pero una suave voz, que conocía perfectamente, se lo negó.

— Calma, príncipe, tu sólo relajate. —susurro, en su oído, la albina, con un tono seductor, por así decirlo.

Al quitarle la comisa completamente, se coloco delante de él, sentándose en sus piernas.

Comenzó a depositar humedos besos en su cuello, bajando lenta y torpemente a su pecho. Sus blancas manos recorrían su abdomen bien marcado, sacando algunos gruñidos por parte del otro.

Las excitación del moreno no se hizo esperar, haciendo que un bulto tocara el trasero de la albina, la cual no tardo en mover sus caderas.

Quito la venda de sus ojos, para así poder apreciar a su ángel.

Al verla, casi muere. Nunca se imaginó, a su albina, vestida de esa manera, aunque no le disgusto para nada.

Sus manos se dirigieron a su cadera, a pegándola más a él, haciendo que el roce, de ambas intimidades, sea más placentero.

Él mayor, en edad, busco los labios de ella, para así besarla fugazmente, recorriendo su cavidad bucal con su lengua.

Se separo de ella, bajando por su cuello, hasta llegar a sus pechos, los cuales no tardo en acariciar y apretar sobre aquella fina tela.

En un rápido movimiento, Deuz arrancó su blusa, haciendo que los pechos, de la albina, rebotaran levemente. Mai, ante esta acción, solo se limito; a sonrojarse y gemir levemente, al sentir como su novio metía, uno de sus senos, a su boca y jugueteaba con el otro.

La menor, comenzó a moverse sobre el bulto del contrario, logrando que este, en venganza, mordiera levemente su pezón.

Y así, cometió, la misma acción, con el seno izquierdo.

Una vez se canso de jugar con ellos, la cargo entre sus brazos, para luego dejarla suavemente sobre la cama y así poder seguir con su trabajo. Repartiendo húmedos besos por su abdomen, bajando con lentitud hasta el comienzo de la corta falda lila pastel.

Siguió dejando húmedos besos, esta vez sobre la falda, tocando aquella parte tan sensible para la albina.

Levantó su falda, viendo la intimidad de su amada, la cual no estaba cubierta por nada. Relamio sus labios y, sin más, comenzó a lamer su clítoris.

La albina gemía, cubriéndose el rostro con ambas manos. Nunca se imagino estar así con su Amado, pero no negaba que eso lo estaba disfrutando.

Al contrario, una de sus manos temblorosas; se dirigió a la cabeza del castaño, haciendo que esta se hunda más en su intimidad.

Él contrario, solo se limitó a seguir lamiendo aquella sensible zona, sintiendo como su pantalón cada vez le apretaba más.

— Ngh~, Deuz~, m-me co-corre-- —y antes de poder completar aquella frase, se corrió en la cara del mayor— ¡L-Lo siento! —se disculpo la menor, para luego ser besada por él, haciendo que pruebe su propia “esencia”.

— Sabes deliciosa, princesa. —susurro en su oído, una vez se separo de ella.

Mai, bajo sus manos hacía el pantalón del moreno, bajando su pantalón deportivo, junto a su bóxer, dejando a la vista el gran miembro de Deuz.

Comenzó a acariciar el glande, bajando lenta y tortuosamente por el largo del miembro.

Los gruñidos de Deuz, no tardaron en aparecer, pidiendo que valla más rápido. Mai lo obedeció, aumentando la velocidad de las caricias.

Al poco tiempo, él moreno se corrió en las manos de la albina, la cual, curiosa, probó aquella pegajosa “esencia”, sonrojando al castaño.

— ¿Estas lista? —pregunto él mayor, acomodándose entre las piernas de su novia, la cual asintió.

Entro con lentitud, sintiendo como las paredes vaginales apretaban su miembro de manera deliciosa.

Una vez entró por completo, se quedo quieto, esperando a que su princesa se acostumbre y así no lastimarla.

Al acostumbrarse, la menor comenzó a mover sus caderas con lentitud, dando a entender que se estaba acostumbrando.

Deuz empezó con embestidas lentas, tenía miedo de lastimarla. Al cabo pasaban los minutos, aumentaba la velocidad.

Escuchando los dulces gemidos, provenientes de la menor.

Y así, hasta que ambos llegaron al tan esperado clímax.

✦•°.:.
Una mierda total, lo se.
Pero we, wattpad me borro cuatro veces el especial, idk.

HeartBreak 「N. Frette 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora