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Era una fría noche de invierno, todos se habían ido a la cama, excepto Simon, dueño y propietario de esa gran casa.
Simon, al no estar contento con la programación que transmitían, decidió ponerse de pie para preparase una taza de café, puesto que los empleados que trabajan ahí ya estaban más que sumergidos en el sueño, mientras bajaba el azúcar de la alacena escuchó un ruido proveniente de afuera, asomó su cabeza por el gran marco de la puerta de la cocina y al no ver nada extraño se dio media vuelta para seguir con lo suyo.

Tomo asiento con su taza en la mano y se relajo, sorbió una, dos, tres veces de su café.
De la nada un gran dolor de cabeza y mareos constantes se hicieron presentes, se levanto para pedir ayuda pero sus pies no soportaron y cayó, comenzó a asfixiarse y entro en pánico, alzó la cabeza y se encontró con unos zapatos que el conocía muy bien, recorrió todo aquél cuerpo hasta que llegó a su rostro, sus ojos se abrieron de sorpresa al ver quien era, tenía un cuchillo en la mano y se agachó a la altura del cuello de Simon.
Este se ahogaba y le pedia con los ojos que lo ayudará.

-Hasta nunca, "padre"-

¿Quien es el asesino? (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora