JunHui

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JunHui hijo único de la familia Wen, una de las mas prestigiosas de China, siempre mimado y consentido por todos a su alrededor pero él se sentía solo a sus cortos 5 años.

Por temas de la empresa de su familia se habían tenido que mudar hace ya 6 meses dejando así su tierra natal y enfrentándose a lo que era un nuevo idioma, cultura y personas. No había sido nada fácil su primer día de escuela, todos los niños lo molestaban por ser Chino, se burlaban de él y le dejaban a un lado cuando jugaban.

Él estaba triste, no tenía a nadie con quien jugar, sus padre siempre estaba ocupado con la empresa, su madre con sus amigas y con su tienda de ropa, incluso si le pedía a alguno de sus sirvientes ellos no entendían demasiado el chino por lo que no podía jugar con nadie.

Fue un día de invierno el que cambió su vida, allí frente a todos en el pequeño salón estaba un chico bajito y delgado, muy tierno para Jun, no fue hasta el momento que se presentó que el chino supo que sería su mejor amigo.

-Mi nombre es Xu MingHao un gusto- dijo tímidamente el chico en chino y Jun quiso llorar por fin alguien que hablara su idioma.

La maestra había hecho a ambos sentarse juntos y ambos en ese momento se volvieron inseparables. Jun ayudaba a Minghao con el coreano o lo poco que entendía de este y pasaban todo el día juntos. No supo si fue el destino o no pero la familia Xu era sumamente amiga de su familia y por ello ya no solo en clases incluso fuera de esta se veían para jugar y pasar el rato de esas aburridas juntas que hacían sus padres.

No fue hasta la secundaria cuando se conocieron con Mingyu, Wonwoo y Hoshi, ahora eran 5 pero fue en unos meses que no eran solo ellos llegando a ser 13, todos en el grupo se llevaban bien aunque claro siempre tenían sus preferencias entre ellos, como lo era en el caso de los chinos.

Jun a sus 15 años se dio cuenta que no era solo cariño lo que sentía por Minghao o The8 como le decía de cariño, ahí se dio cuenta que estaba completamente enamorado de su menor. Nunca se dio cuenta cuando aquel amor de hermanos había cambiado y eso le asustaba, odiaba ver como cada día Minghao sociabilizaba con mas personas y lo cariñosos que eran con él.

Fue un par de meses después que no pudo mas, no soportaba la presión de sus padres como tampoco soportaba mas la situación con Minghao. Aquella noche él estaba allí de pie en un puente mirando a la nada, la caída seguro lo mataba y era eso lo que él quería, ya no quería sufrir más, ya nada tenía sentido.

Se subió a la baranda y cerró sus ojos mientras sus lágrimas caían, estaba dispuesto a dejarse caer hasta que escuchó un sollozo, miró hacia un costado y vio a una chica sentada en la baranda llorando a mares, ella tenía el rostro completamente golpeado y no dudaba que su cuerpo también. Fue allí que se dio cuenta que estaba equivocado, que eso no era lo que debía hacer y que habían personas que sufrían de igual forma.

Jun se bajó de allí y quiso acercarse pero antes de si quiera lograrlo vio como esa chica se bajaba y corría hacia él abrazándolo. Fue allí que conoció a la que era su mejor amiga Babi.

Ambos esa noche lloraron y hablaron de su vida, era la primera vez que Jun conocía a alguien que entendiese de esa forma el rechazo, el hecho de ser discriminado y el que ya no quisiera luchar. Pero fue esa noche cuando los primeros rayos de sol se asomaron que las palabras que dijo ella marcaron su vida.

-Desde ahora vamos a vivir positivamente, no vamos a caer de nuevo y nos vamos a apoyar, prometamos que vamos a luchar para seguir adelante- dijo ella sonriendo de manera triste.

-Lo prometo-

Desde ese día habían tenido contacto y se veían de vez en cuando, Jun empezó a ser mas optimista, luchó y salió adelante, Minghao fue su gran motor y si en algún momento pensó que no podía amar al chino mas lo hizo, lo amaba cada segundo más todo de él.

-Deberías de confesarte Jun- le dijo su amiga mientras ambos tomaban unas copas.

Desde que Jun tenía su departamento hacia fiestas, fiestas a las cuales jamás invitó a Minghao, el menor no conocía ese lado retorcido de Jun o la forma que este usaba para escapar de todo con su amiga.

-Algún día- dijo Jun terminando su vaso viendo como su amiga asentía antes de ser abrazada y besada por un chico.

Fue un mes después en su cumpleaños que organizó una fiesta con sus amigos y los conocidos que había hecho en las fiesta a las que iba o hacía. La fiesta era a todo dar en la mansión de su familia, Jun miraba en todo momento a Mingaho quien tomaba con cuidado algo muy tierno para Jun.

-Minnie acompáñame- le pidió Jun a su amigo quien asintió siguiéndolo con su vaso entre las manos.

-¿Qué sucede Jun?- le preguntó al ver que lo llevaba adentro de la casa donde no habían muchas personas.

-Tengo que decirte algo- Jun habló viendo que nadie los interrumpiese, no supo si era el alcohol o algo pero en ese momento había reunido el valor suficiente para confesarse- Minnie yo... Tú me gustas, de hecho yo estoy enamorado de ti- le dijo con una sonrisa, sabía que a Minghao no le era diferente, todos esos abrazos y esas miradas debían significar algo.

-¿En serio?- preguntó The8 apretando fuertemente su vaso, mirando con temor a quien estaba frente suyo- no se como eres mi amigos quizás que cosas hiciste a mis espalda, es anormal, es horrible Jun- le dijo dispuesto a irse.

-Me das asco..-dijo Jun dolido por esas palabras, sus sentimientos eran sinceros y el menor le decía aquello, fue por ello que sin dudarlo besó al menor por la fuerza, arrinconándolo con la pared, Minghao trataba de separarse como podía hasta que consiguió empujar a Jun quien cayó al piso.

-Eres una mierda, no te acerques mas a mí maldito homosexual- le dijo Minghao dispuesto a irse algo tambaleante, Jun se dio cuenta de ello y se puso de pie para ir tras él.

-Minnie ten cuidado has tomado mucho- le dijo Jun tomándolo del brazo cuando Minghao lo empujó con tal fuerza que el chino cayó sobre la mesa de centro que era de vidrio rompiéndola.

Vio como el menor le veía furioso y se iba como si nada dejándolo allí sangrando, observó su brazo que tenía un vidrio incrustado mientras salía sangre de allí pero aquello no le dolía, no comparado a su corazón, aquello le dolía a horrores sentía que apenas podía respirar.

-Jun calma, debemos llevarte al hospital- dijo Babi ayudando a pararlo .

-Quiero que todos se vayan- dijo el chino y su amiga asintió, habló con uno de los guardias que habían llegado por el ruido y le informó de la orden.

Aquella noche le habían hecho puntos, aquella noche había quedado una cicatriz imborrable no solo en su brazo sino que también en su corazón. Agradeció de corazón que su amiga no dijera nada y que estuviera allí con él.

Fue allí que algo cambió en Jun, algo que Babi notó en ese momento, Jun no volvería a ser el mismo, ese Jun que conocía y que era optimista acabaría allí y vendría el Jun frío y calculador.

-¿Estás seguro de ello?- dijo la chica al ver como Jun se iba a tatuar sobre aquella cicatriz.

-Sí, además tu ya te has tatuado y no me mientas sabes que somos iguales- le dijo el chino recibiendo una sonrisa de parte de ella.

Jun se juró a sí mismo no volver a caer por Minghao, haría que se arrepintiera de lo que le hizo aunque el menor producto del alcohol no recordase absolutamente nada. Pero para Jun ese fue un antes y un después, donde el lado mas perverso del chino surgió dejando atrás a aquel chino tierno que cuidaba a su menor, todo ello producto del amor, porque entre el amor y el odio hay una barrera muy delgada que en cualquier minuto puede ser traspasada.

Pledis AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora