Estoy queriendo morir por unos minutos y dejar de sentirme tan miserable. Estoy vacío y es tu culpa. Reacio a todo. La soledad que me acompaña todos los días me sofoca, no me deja descansar. Tengo frío y no veo nada. Estoy a oscuras. La necesidad de tus abrazos me hace caer de rodillas sobre la bañera. Te necesito. Cada día que se vuela, cada vez yo más te extraño. Extraño tu pelo, tu piel, tu voz, tus manos y tu calor. Extraño tu presencia, tus ronquidos, tu respiración. Extraño nuestros momentos; esos en los que nos amábamos alocadamente. Esas noches de besos en el balcón. Pero recuerdo tus últimas palabras y te quiero ver muerto. Fuiste cruel, más de lo usual. Me gritaste, te golpeé, cinco segundos y te fuiste. Te fuiste y te llevaste todo el color y frescura del lugar. Literalmente, no encuentro ganas siquiera de asearme. Ya no hay razón porque ya no estás y no sé si vas a volver como las otras veces.
Quisiera estar enojado y golpearte hasta hacerte sangrar. Pero no soy capaz. Quisiera que sientas el mismo dolor que siento/sentí durante éstos últimos días. Quisiera pero no puedo. Dejame que yo mismo cargaré con el dolor del amor. Después de todo, no te bancás el mínimo peso. Ojalá tu consciencia sea más grande que tu orgullo.
Te escribí ocho mensajes sin recibir respuestas, te llamé y no me atendés. Te mando mails aún sabiendo que ignorás a tu celular más de lo que me ignoraste a mí. Ya no conservo mi dignidad, la perdí en algún audio lleno de drama y sollozos. Que patético. Ya sabés que el silencio me vuelve loco. De hecho, rompí el cuadro que me ragalaste para mi cumpleaños, y corté mi cabello bajo el efecto de la rabia, impulso ciego. Cosas que tenemos en común. Una y mil más. Recordarte es como clavarse un cuchillo en el abdomen: duele tanto que a veces no podés respirar. Hay noches en las que no respiro, por vos. Porque no estás. Porque te amo y sé que vos a mí. Porque tu odio se reprime cuando logramos un roce. Porque si no me matás vos, lo hará la distancia. Y ya estás muy lejos, necesito ayuda. Tu ayuda.
Vení, salvame, amame y quedate.