2.- Otra vez no.

5 0 0
                                    

Robert se detuvo después de correr su vida entera. Recuperó su respiración, perdiendo su postura, se mantuvo allí al menos unos 5 minutos frente aquel McDonald's.

-Por fin! Te estábamos esperando!.-Hablo Camerón, cuando presto atención a los converse rojos rozando el suelo.

-Uhm.

-Qué pasa?.-Agarro un trapo verde, limpiando sus manos.-Fue por qué llegaste tarde? No te preocupes, ya nos acostumbramos. Incluso el jefe.

Esperaba la risa resonar por todo el lugar, pero sólo guió su vista al aflojerado chico.-En serio? No te soportare así, y vienen unos clientes pronto, no te emociones y prepara las papas.

Robert rodó todo el mundo con sus ojos.

Nada más genial que un día no genial.

(...)

-Un combo! De hamburguesa extra.. Grande, incluyendo el vaso de igual tamaño.-Robert asintió, le entregaron la hamburguesa y él lo envolvió, todo como tal.

-Toma, Estefania.-Llamo a su compañera entregándole el pedido no tan alegremente.

Fue directo al lavamanos y, cayendo de el agua fría, no hizo un mínimo movimiento

-Uf. Vamos, hombre. No pongas más esa cara de perro y ponte las pilas! Tenemos que trabajar y ni por obligación sonríes.

-Disculpa.

Claramente Camerón se sorprendió solo por esa simple respuesta, todo el tiempo mantuvo a un lado a Camerón ignorándolo por completo.

-Qué pasa?.

Nadie vio ese gran suspiro, nadie.
-Vi una chica linda

-Como siempre? Hombre, eso es normal.

-Lo sé.-Dejó sus manos en aquel trapo, secándolas.-Pero sus ojos eran lindos.

-Sabía que eras gay, pero no que tanto.

Robert relamió sus labios.-No soy gay.

-Número uno.-levanto sus manos, tocando su dedo.-Te emocionas cuando ves a una simple, simple chica. Dos, no has salido con ninguna desde que conociste a Beli-

-No.-Fue interrumpido.

-No lo niegues, es la verdad.-Robert negó con la cabeza.-Bueno.

Volveré al trabajo, luego hablamos. Y no me quedaré atrás, iré a tu casa!


(...)

Camino por el lugar, tan tranquilo, llevando los papeles a aquel bote de basura. Hasta que vio aquella silueta frágil. No pudo respirar

Era la chica linda.

Con un largo, ya no tan sencillo y elegante vestido rojo chillante; Diamantes colgando de sus orejas, y ese labial que combinaba perfectamente con ese hermoso vestido, tal como un sueño; se detuvo, en aquel pasillo, pensando en si pasar o no.

Camerón se acercaba, ayuda código rojo. Noto sus señas, pero prefirió ignorarlas. Se acercaba a la chica.

Tenía que irse (No olvidar cuando se voltio como tal exorcista y huyó de allí.)

Olvidemos a esa chica.

Aunque sea por un pequeño minuto.

Patético.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora