Capítulo 1

17 1 0
                                    

19 de Febrero del 2017

Desperté desconcertada y agotada, muy agotada, traté de moverme pero el más ligero movimiento me hacía sentir horrible —¿por qué me siento así?¿qué pasó?¿qué hice?— pensé, miré a mi alrededor y me dí cuenta de que estaba en mi habitación, pero aún sabiendo eso me sentía insegura.
—¿Hola?— dije para ver si alguien estaba en casa —¿Mamá?— oí pasos, pero no eran de ella, eran más lentos, ligeros y largos, cada vez estaban más cerca, me puse un poco nerviosa; Un hombre de unos cuarenta y tantos años entró a mí habitación y como un reflejo brinqué hacia el otro extremo de la cama, tratando de ponerme fuera de su alcance.
—Tranquila, pe...— comenzó a decir pero lo interrumpí.
—¿Dónde está mi madre?¿Quién es usted?— pregunté asustada.
Levantó la mano para que me calmara —Tranquila, por favor, pequeña, todo está bien, la señora Wood, tu madre, está en el piso de abajo, yo soy el doctor Jacob Hamilton— dijo con una voz tranquila y paciente, pero yo quería ver a mi madre y saber lo que había pasado, por qué me sentía así, quería saber todo, así que le dije.
—¿Podría decirle a mi madre que suba? Por favor, doctor.— tratando de sonreír.
—Claro— contestó sonriendo y saliendo de mi habitación.
A los pocos minutos escuché los tacones de mi madre, subiendo por las escaleras. Entró junto con el doctor.
—Nat, despertaste— dijo sonriendo y dándome un beso en la frente —¿cómo te sientes?
—No muy bien, me siento un poco mareada- la miré.
—Deja que el doctor te revise.
Miré al doctor Hamilton y asentí levemente, me ayudaron a sentarme y comenzó a revisarme.
—Muy bien... Parece que todo marcha bien— dijo el doctor escuchando mi corazón.-Sus palpitaciones están bien y su respiración también... Parece que todo está en orden— dijo el doctor retirando el estetoscopio de mi pecho.—Los mareos son normales.
—Gracias por todo, doctor, venga conmigo para darle un cheque por venir todos estos días.
Un momento, ¿cómo que todos estos días?¿cuántos días había estado dormida? Okay, okay, trata de relajarte, Natalia y espera a que mamá regresé, después de eso la bombardearás con preguntas. Me volví a recostar con mucho cuidado.
Entró a mi habitación después de unos minutos.
—Mamá ¿qué pasó?— le pregunté enseguida.
Suspiró -no lo sé... Empezaste a gritar, a decir cosas absurdas y a golpear cosas y a ti hasta que... Te desmayaste. También decías que las voces habían vuelto.
—Las voces... Ahora recuerdo que las escuché y me decían cosas... Horribles... -dije haciendo un poco de memoria, asustada.
—Sí, hija, creo que tu medicamento ya no te está ayudando y tu esquizofrenia está avanzando, tenemos que ir a que te revisen.— dijo preocupada.
—No, mamá, no, no, no y no, sabes que me dan pánico los hospitales.
—Nat, ¿quieres volver a escuchar esas voces?— me miró con una profunda tristeza. Por ella, lo haré por ella.
—Está bien, mamá, vamos— dije suspirando.
—No, ahora no, tienes que recuperar fuerzas de todos los días que has estado inconsciente.
—¿Cuántos días he estado dormida?— dije un tanto alterada, había olvidado que le preguntaría.
—Cinco días, Nat.— dijo desviando la mirada.
—¿Cinco días? Pero ¿cómo?¿Tan grave fue lo que hice?
—Un poco, te lastimaste mucho.—dijo mirando mis brazos.
Desvié la mirada hacia ellos y noté varios moretones. Ni siquiera los había visto. De repente sentí un dolor en la parte derecha de mi cabeza e inmediatamente llevé mi mano hacia esa zona, tenía un gran chichón con sangre seca.
Tengo que recordar qué fue lo que pasó o no estaré tranquila.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 24, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No puedes huir de tu menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora