El tiempo parecía detenerse, la conexión de nuestras miradas era tan fuerte, traté de moverme y fue cuando Simon llegó a abrazarme. No me esperaba toda esa sobrecarga de emociones, ni siquiera esperaba encontrarme con él.
— Al fin... — lo escuché susurrar suavemente en mi oido. No me soltaba. La gente nos veía preguntándose entre si. — Dónde estabas...? —
Cuando nos soltamos del abrazo, lo pude ver mejor, tenía una sensación de felicidad increíble.
— Hola Simon — le dije. — vamos a ver tu vestuario. — le hablé con seriedad. Mi mente aún navegaba en un limbo desconocido, tal vez en una dimensión desconocida.
Deslizaba los dedos sobre el puño de su camisa, distraída, solté un suspiro. Simon me observaba con ternura, no podía deshacerme de ese momento. Todavía estaba en un letargo, de ese instante, parecía que el aire estaba envuelto en una magia.
— Háblame... Mírame — decía Simon suavemente. Me acariciaba la cara, con suavidad, me ponía el cabello detrás de la oreja. Me brotaron un par de lágrimas. Simon me abrazó con fuerza.
— Que tienes, Elaine... Dime.
— No lo sé... — me aparté y dejé que se pusiera su chaqueta solo. — Perdoname Simon. No esperaba verte.—
— Elaine... — dijo Simon
— Es hora de tus fotos. Te ves muy bien. — le dije, y me aparté.
Simon entro en el set, la sesión fotográfica lo distrajo.
Me entregaron un sobre, era una invitación a una fiesta de la compañía. Esa misma noche. Salí del edificio sin despedirme.
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En casa, me dediqué a dormir un rato, hasta que dieron las 10 pm. Me desperté de golpe, e inmediatamente me levanté. Tenía algo en mi mente, una presión punzante en el pecho, una sensación extraña y triste que me decía que tenía que ver a Simon, que lo extrañé tanto, que necesitaba de su presencia en mi vida gris y solitaria. Pero, no fuí capaz de aceptarlo para mí. Tal vez puedes mentir a otros, pero a tí mismo, jamás. Entendí que Simon fue el destello de luz mas hermoso que haya visto, me salvó la vida.
Retoqué mi maquillaje, escogí un vestido de toda-ocasión Chanel negro de mi clóset, y até mi cabello largo en una coleta.
Iba meditando todo esto mientras mecánicamente ponía un color en un ojo, luego retocaba el labial, organizaba cosas, levantaba esto, limpiaba aquello... Era un robot sumido en pensamientos tácitos. No era mi intención sentirme así.
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Salí a buscar un taxi, y abordé con prisa al primero que se detuvo. El trayecto hasta una parte se convirtió en un tedioso infierno lleno de embotellamientos, algo extraño para las diez. Una ambulancia busca abrirse paso en medio de los automóviles detenidos en la autopista, y detrás, una camioneta de paparazzis. Inusual, quizás, pero estábamos en Los Angeles. Así que esto sí o sí, tenía que ver con un actor, cantante, artista... en fin. Así que bajé un poco la ventanilla, y quedé helada con el panorama: el auto del tipo que casi me aplasta en la tarde, estaba tan arrugado como el papelillo del Ferrero Rocher. Las placas del auto decían WHT-LNS. No sé ni qué carajos significaba eso, pero se me quedaron grabadas en la mente. Dado que nadie hizo algo por mover los autos, me bajé para comprobar de quién se trataba.
- Habrá alguna forma de que podamos pasar? - le pregunté a un oficial.
- Quien sabe, ese tipejo de esa banda... Duran duraan no se qué, casi se mata. - dijo mientras seguía anotando en una libreta.
Eso sí me tomó por sorpresa. Y terminó de hacerme el día. Definitivamente, la vida me tenía preparado un reencuentro con los Duran-s. Por dos segundos creí que el mundo se silenciaba, los claxons dejaron de pitar, las sirenas dejaron de sonar... y mis piernas se estaban tambaleando. Juro que creí que Simon estaba en esa camilla, envuelto en una cobija térmica, ya me lo imaginaba casi muerto... Corrí hacia los paramédicos.
- Necesito saber quién es - les dije sollozando. - Díganme, quién es... por favor!!! - Seguían haciendo la inspección del suceso. - Dios mío... John!!! Qué hicistee... - Dije rompiendo en llanto. John no reaccionaba, y me apartaron del lugar. El tiempo avanzaba en slowmotion, y los flashes me encandilaban la vista. Fue lo que menos me interesó. Me preguntaron si era familiar, o algo así. Quise verlo, o quizas, devolver el tiempo y evitar que el accidente.
Desde allí, mi conexión con John cambió.
