La silueta junto al río

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El despertador de mi móvil me despertó, y los rayos de Sol que atravesaban la ventana de mi habitación dieron la bienvenida a una nueva semana. Aparté las sábanas, me incorporé y me calcé mis zapatillas de estar por casa. Caminé hacia el baño y me dispuse a hacer mis cosas. Tras terminar abrí mi armario y me vestí con mi uniforme de clase. Luego hice la cama y baje a desayunar.
Mi madre y mi padre estaban entretenidos con mi hermano, como siempre. Me preparé unos gofres, les hunté Nocilla y me senté a comer. Seguidamente salí de mi casa sin despedirme de nadie y caminé hacia mi instituto.
Tras llegar allí, entré en mi aula, dejé la mochila junto a mi silla y me senté en ella. Mientras tanto miraba el patio y a la gente entrar. Al rato mi profesora apareció y empezamos a dar clase; así fue hasta la hora del patio, en la cual cogí mi bocadillo y lo dejé sobre la mesa junto a un cómic. Cuando fui a incorporarme el, tonto de turno lo cogió y empezó a reírse de mí. Giré la mirada, lo agarré a la fuerza y salí al patio.
Me senté en unas gradas de piedra, abrí el envoltorio del bocadillo y mientras almorzaba leía un cómic por simple entretenimiento. Tras acabar el patio volví a mi clase y seguí con las clases hasta que se hicieron las dos.
Mi padre me esperaba en su coche en la puerta. Abrí la puerta del copiloto, me senté y un tremendo silencio estuvo presente durante todo el trayecto a casa. Al llegar, dejé la mochila al lado de la entrada y me senté delante de la mesa, donde
mi madre y mi hermano me esperaban cin mi comida servida. Mi padre y mi madre hablaban sobre qué tal les fue en el trabajo y alguna cosa que otra acerca de mi hermano .Yo, en cambio, me quedaba en silencio pasando de todo. Acabé de comer, dejé mi plato y mi vaso en el fregadero, cogí mi mochila y subí a mi habitación. Al entrar, tiré la mochila a un rincón del cuarto y me dejé caer en la cama. Luego miré la hora en mi móvil y al cabo de un rato me quedé dormida.
Me desperté, miré la hora; eran las cinco de la tarde. Di un pequeño suspiro, me senté y me dispuse a hacer los deberes que mandaron, mientras escuchaba música con mis cascos. Tras terminar todo decidí salir a dar una vuelta y bajé las escaleras.

- Samantha, ¿donde vas? - dijo mi madre cuando me disponía a abrir la puerta.

- Voy a salir a dar vuelta por el bosque. Estaré cerca de casa. Adiós - abrí la puerta y salí de casa dejando a mi madre con la palabra en la boca.

Caminaba por un pequeño camino hecho de tierra y piedras mientras silbaba una melodía. Allí se respiraba paz y tranquilidad, junto a los cantos de los pájaros llamando a sus madres. Se notaba que estábamos en primavera. Todo estaba lleno de bonitas flores y los árboles eran de color verde. Se veía tan bonito este parque...
Tras caminar durante un rato me dispuse a acercarme a un pequeño riachuelo, pero algo extraño me echó un poco hacia atrás. La silueta de una persona se se encontraba al lado del riachuelo. Su rostro no era visible, pero calzaba unas botas negras junto a unos vaqueros del mismo color y una sudadera azulada. No sabía si seguir o volver atrás. Nunca vi a nadie por aquí, pero supuse que era un vecino, así que decidí acercarme al río. Pude ver que se trataba de un chico, bajé la mirada hacia donde él estaba mirando sin comprender nada. Simplemente vi mi reflejo, por lo que supuse que él estaba haciendo lo mismo.

- Hola... Me llamo Sam - dijé mientras miraba su reflejo.

El chico no contestaba, así que preferí quedarme callada e irme. De repente sentí algo sobre mi hombro. Me giré y era él.

- Soy Jack - dijo con una voz grave y algo incomprensible.

Tras decir eso, me desperté en mi mesa junto a mis deberes.

- Sólo fue otra pesadilla... - arqueé una ceja, y acto seguido recogí mis deberes.

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⏰ Última actualización: Feb 20, 2017 ⏰

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