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Ahí estaba otra vez, no me quitaba los ojos de encima. No me molestaba, solo... bueno, quizás sí. Podía mirarme siempre que quisiese, pero me era molesto si lo hacía mientras ensayaba.

Por su culpa había cometido algunos fallos a la hora de corregir los pasos de los demás, pensando que se estaban equivocando, y el único que lo hacía mal era yo.

Estaba acostumbrado a tener todas las miradas en mí mientras bailabamos, pero hacía tiempo que la suya me empezaba a incomodar. No me miraba con la vista cansada, pensando en cuando les daría un descanso, como hacían los demás. Él me miraba de otra forma.

- Está bien. Tomemos un descanso. - Dije al fin. Todos cayeron rendidos al suelo, y con los brazos y las piernas estirados. Parecían estrellas. Menos Jun Hoe, que fue a revisar el estado de su pelo después de 3 horas bailando.

- ¿Puedo hablar contigo? - Dije cuando me acerqué a una de las estrellas del suelo. - En privado.

- Claro bro. ¿Ocurre algo? - Se incorporó de forma que quedamos mirándonos de frente. - ¿Es por tus problemas para concentrarte en esto?

- Es por los problemas que tú me causas distrayendome. - Dije, haciendo énfasis en él.

- No sabía que eso podía desconcentrarte. - Pasó uno de sus dedos por mi mejilla, acariciandola. - Lo tendré en cuenta a partir de ahora.

- Te lo estaba diciendo para que dejases de hacerlo. - De un golpe quité su mano, la cual había seguido acariciandome.

El menor del grupo pudo darse cuenta de que estábamos enfrentados, y dedicó una mirada de preocupación hacia Yun Hyeong, el cual con un gesto hizo que los demás saliesen de la sala.

Mientras andaba distraído viendo como el resto salían, la persona con la cual debía seguir hablando, se puso de cuclillas frente a mí.

- Ahora tenemos un tiempo a solas. ¿Algún deseo que quieras cumplir? - Giré inmediatamente la cabeza para poder dedicarle una mirada que esperaba lo fulminase.

- Tengo el deseo de que quites tus ojos de mí. - Esperaba que esto sonara serio, pero más bien pareció atraerlo más.

- No me gusta este deseo. Pide otro. - Ahora su cara estaba mucha más cerca de la mía. Intenté echarme para atrás, de forma que el espacio entre nosotros se agrandase, pero tenía sus manos en mis rodillas y me lo impedió. - Tsk. No paras nunca de molestar.

- Vamos, no seas así, solo intento que pases un buen momento. Para quitarte el estrés nada más.

- No quiero ninguna clase de favor con tu estúpido pretexto de "quitarme estrés". - Intenté empujarlo para atrás aprovechando que estaba de cuclillas, y aún así se resistió a caer.

- ¿Entonces puedo hacerlo sin tener que inventar una excusa? - No estaba seguro de si había oído eso o solo era producto de mi imaginación.

- ¡¿Qué?!

- Vamos Han Bin, no te resistas más. -

Mi corazón empezó a latir muy fuerte en el momento exacto en que ambas manos tocaron mis mejillas. Había que salir de esta situación como fuese, y la única opción para evitarlo a toda costa, era echandome para atrás, quedando tumbado.

Double Edged Sword (Double B)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora