13. Ella sabía cómo guardar sus secretos. Él no.

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Ella

(Cuatro años antes)

—¿Ya todos terminamos? —preguntó su madre.

Su padre fue el primero en acabar de escribir sus agradecimientos, era un hombre de pocas palabras. Ella le secundó, tenía varias cosas por agradecer, pero le gustaba ser concisa. Su madre fue la tercera en acabar, y de alguna forma había llenado los dos lados de la servilleta. Elijah continuaba escribiendo. Podía ver que apenas había empezado. Se había quedado un rato con la vista perdida en el pavo. Quizá tenía hambre o estaba escogiendo las palabras adecuadas. Conociéndolo, ambas. Al cabo de un minuto, anunció que había terminado.

—Empieza tú, Vincent —dijo su madre.

Él se aclaró la garganta.

—Querido Dios, te agradezco porque a pesar que fue toda una osadía conseguir los ingredientes en Grandville Island, logramos preparar esta maravillosa cena —Todos rieron en respuesta—. Gracias por darme una segunda oportunidad de compartir con mi familia. Amén.

—Amén —dijeron los demás en coro.

Su cena estaba compuesta por pavo cubierto de salsa de arándanos, puré de papas, ensalada de vegetales y panecillos. Era una sencilla y tradicional cena, pero fue preparada con cariño y dedicación.

—Ahora es mi turno —anunció Eleanor—. Señor Jesús, en esta noche de acción de gracias tengo tantas cosas para agradecerte. En primer lugar, que mi familia esté reunida a pesar de todas las dificultades que se presentaron en los meses pasados. Juntos hemos logrado superarlas y salir adelante. Te agradezco porque Vincent está mejorándose cada día más, porque Elijah y Layla están tomando su rumbo como adultos profesionales que son y porque me contrataron para diseñar los jardines en el Westcreek Boulevar. También te agradezco porque mi hijo dejó por fin a Kaitlyn y espero que sea definitivo.

—Amén —dijeron Layla y su padre en unísono. Elijah negó con la cabeza.

—Por último te agradezco porque mis hermanos y sus familias gozan de buena salud y me han acompañado en las dificultades que nos han acontecido. Amén.

—Amén —respondieron en coro.

—¿Quién de los dos sigue? —preguntó su madre.

—Las damas primero —replicó Elijah.

—Dios —leyó— esta noche te agradezco por permitirme estar aquí con las personas que más amo. Gracias por...

«No dejar que papá muriera por mi culpa» pensó. Sacudió la cabeza para alejar el pensamiento intruso.

—Por...

«Hacer que me perdonara»

—Por... Perdón, no entiendo mi propia letra —dijo y soltó una risa nerviosa—. Por darle a papá las fuerzas suficientes para continuar con nosotros. Ese es mi mayor agradecimiento esta noche. Todo lo demás no es tan relevante en comparación. Amén.

Los demás permanecieron unos segundos en silencio antes de decir 'amén'. Su padre le dio una sonrisa triste. Le había dicho que no tenía porque sentirse culpable, pero ella no podía dejar de hacerlo.

—Bueno, es mi turno familia, preparen sus oídos —dijo Elijah, con un tono jovial—. Querido Dios, gracias por darme una familia superdotada para la comida que preparó esta cena espectacular y por hacerme un fotógrafo súper asombroso que tomará fotos impactantes para nuestro álbum familiar. Amén. A comer.

—Amén —replicaron.

Su mamá y su hermano sirvieron la cena, como era tradición y se sentaron a comer.

Sincronía [Disponible en papel y ebook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora