I.

328 59 87
                                    


Dedicatorias.

@DafneRamirez_13

@larryftclouds

@LARRYMYMADNESS

@larrymandaprros

                                                                     

—♥️—

Los gritos y particular desorden eran exagerados ese día en casa de la familia Tomlinson. El padre de familia, Mark, había dejado la ciudad por un par de semanas, y Johannah tenía que encargarse de sus cinco hijos sola. Bueno, teóricamente sólo cuatro hijas, ya que su hijo mayor contaba ya con veintitrés años, pero no podía dejar de verlo como a su "bebé".

La llegada de su invitado se aproximaba, y sus nervios estaban de punta. Tras recibir la carta de su amiga, la pobre mujer estaba más que preocupada por la comodidad del jovencito. Había preparado un cuarto grande, lo había limpiado, y decorado, especialmente para él.

Para mejorar su humor, sus hijas menores, Daisy y Phoebe, parecían haber iniciado un concurso de quién gritaba más.

— Louis, por dios, vigila un momento a tus hermanas. — Su voz se notaba más que fastidiada, y su rostro se contraía levemente al hablar. — ¿No se dan cuenta de lo importante que ésto es para mí?

Varias miradas de culpabilidad fueron dirigidas a la mujer de cabellos miel. Luego de un par de minutos de puro silencio, que ella utilizó para aclarar sus ideas, llamó a sus hijos para que se sentaran en la sala, y hablar con ellos de un tema en particular.

— Pues... como ya sabrán, la persona que viene a quedarse con nosotros es muy especial. — Habló con lentitud, tomando un par de segundos para mirar a sus hijos, que sabían en parte a qué se refería. — Quiero que lo hagan sentir cómodo y bienvenido aquí, porque será su hogar por muchos meses, ¿está bien?

Luego de que sus retoños asintieran con seguridad, la mujer se levantó, dirigiéndose a la cocina para preparar el almuerzo, dejándoles encargado que abrieran la puerta cuando el jovencito llegara.

No pasó mucho tiempo, cuando el timbre de la casa sonó, emitiendo una dulce melodía. El hermano mayor, Louis, se levantó del sillón en el que se encontraba sentado, para dirigirse a la puerta. Se sentía algo molesto, no estaba de acuerdo con su madre sobre recibir a alguien por tanto tiempo, le parecía algún tipo de violación a su privacidad.

Con desgano llevó su mano al pomo de la puerta, girándolo con lentitud, hasta abrirla por completo. Lo primero que llegó a ver fue una brillante maleta de color rosado claro, y con confusión continuó su recorrido, hasta toparse con una figura delgada. Era un niño, por así decirlo, que se fijaba en su teléfono. Vestía bastante simple, con unos jeans blancos y un sweater celeste, con un par de palabras también en blanco en el centro. Su rizos castaños tapaban sus ojos mientras se fijaba en el celular.

Louis carraspeó, sin obtener la atención del menor en un inicio, y luego de que volvió a hacerlo, el joven levantó la vista, conectando sus ojos verdosos con los azules del mayor. El silencio reinó por un par de segundos, hasta el momento en que Harry se acercó lo suficiente como para poder sentir la respiración del contrario, rodeando su cuello mientras rozaba sus labios con los de él. Louis sentía el cielo, no podía explicar que era probablemente la mejor sensación vivida, lo más maravilloso que le había sucedido y...

— ¿Te sientes bien?¿Hola? — Harry movió su mano levemente en frente del rostro de Louis, sin entender por qué el ojiazul se había simplemente congelado de repente.

memory loss. ||l.s||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora