Corría y corría las lágrimas se le salía. Miraba hacia atrás para haber si no la seguía, no vio nada pero se tropezó con una raíz que no vio; cayo al piso de cara, se raspo las rodillas y se le rompieron las medias su sombrero salió volando para otro lado. Se empezó a arrastrar estaba tan nerviosa que se le olvidó como pararse para seguir corriendo.
La noche estaba oscura que ni siquiera la luna se podía observar; Solo el cielo se iluminaba por los relámpagos que anunciaban una tormenta.
Se escuchaba el canto de los Murkrows como diciéndole que no tiene escapatoria.
"¿Eres una entrenadora, cierto? Mi Pokémon se extravió en el bosque que está por la ruta 14 y no puedo encontrarlo ¿me puedes ayudar a buscarlo?"
Recordó la razón por la cuál estaba metida en este asunto ¿Porque tuvo que hacerle caso a esa chica del ascensor en ciudad Luminalia? Es cierto que tenía un aspecto extraño pero como decía su mamá "no juzgues sin saber".
Vio detrás de ella de nuevo los ojos rojos brillantes, como pudo se volvió a levantar; Corrió, trataba de ignorar los Trevenant, la neblina, el Noctowl que se escuchaba o los Murkrow que se atravesaban; corrió como nunca en su vida quería salir; cerro los ojos fuertemente tratando de aguantar las lagrimas.
Encontró una casa bastante tétrica en el medio del bosque y sin dudarlo fue donde ella. Toco la puerta.
—¡ábreme,por favor! -gritó la entrenadora
Pero nadie le contestó. La entrenadora no tuvo más remedio que abrir la puerta y para su sorpresa estaba abierta.
La casa estaba abandonada, no había luz y estaba cubierto por telarañas. Uno que otro Zubat voló por encima de su cabeza, mientras que la entrenadora se cubría con sus brazos.
La tormenta se intensificó, la lluvia golpeaba las ventanas y los relámpagos iluminaban la vieja casa. Su corazón latía tan fuerte que le dolía.
La entrenadora trato de controlar su respiración. Trato de enviar un mensaje por el Holomisor pero este no tenía batería.
—¡contrólate, ya estás a salvo!—se decía así misma—solo espera que amanezca y podrás regresar a la ciudad Luminalia.
Se escucho un ruido que puso nerviosa a la entrenadora. Parecía como si algo hubiese tocado la puerta fuertemente. Maldecía el momento de haber dejado sus Pokémon con la enfermera Joy. La entrenadora se fue a unas de las habitaciones de la casa y cerró la puerta con seguro.
El trueno que sonó casi le saca el corazón.
—solo es el trueno—se decía para tranquilizarse. Pero de momento se empezó a escuchar un ruido agudo como si estuviera rayando unas ventanas de cristal, ese sonido le heló la sangre. Se dio la vuelta lentamente para ver de dónde provenía el sonido y ahí fue que lo vio, de nuevo esa criatura .
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