~Ana~
Me desperté el sábado y tras darme la vuelta vi que Raúl ya no estaba, en su lugar había una nota: Buenos días princesa, perdóname por no despertarte a besos como una persona tan especial como tú se merece, pero me he tenido que ir. Esta noche te llamaré para saber cómo estás, te quiero Ana. Arrugué la nota y tras dirigirme a la cocina la tiré en la basura. Solo era un polvo de una noche para él, estaba claro.
Llegué a clase y me senté con mis amigas, no tenía ganas de nada y enseguida lo notaron. Me preguntaron que qué había pasado y tras contarles lo sucedido el viernes y el despertar del sábado no hizo falta que me preguntasen si me llamó, por que si lo hubiese hecho habría estado mucho mejor.
~Clara~
No me atrevía a contar a mis amigas que el viernes Daniel vino a arreglar las cosas y habíamos pasado casi todo el fin de semana juntos después de lo que le había sucedido a Ana. Tenía miedo de que Dani se acercase y me besase, pero no vino a clase en todo el día. Durante toda la semana ni me habló, ni se conectó a WhatsApp, ni vino al instituto, tampoco me cogía el teléfono, por lo que no sabía nada de él. Aunque estaba preocupada no lo compartí con mis amigas.
El sábado fuimos a casa de Daniel, ya que organizaba una fiesta. Una vez dentro me separé de ellas y fui a buscarle, estaba apoyado en la encimera de la cocina bebiendo alcohol de un vaso de plástico:
-Hola.- Le saludé acercándome a él.
-Hola nena.
-Mmm... ¿Por qué llevas toda la semana sin venir a clase?
-No me apetecía.- Se escabulló.
-Ah.- Dije mientras me daba la vuelta para irme. Me cogió la mano.
-No te vayas.- Suplicó.
-¿Qué más te da si me voy?
-Clara, perdona, ha sido una semana difícil.
-A lo mejor si no me hubieses ignorado toda la semana yo te habría podido ayudar.
Ambos nos quedamos callados y me fui a buscar a mis amigas. Nos emborrachamos y me fui a casa antes que ellas. Daniel me tenía harta y no iba a aguantar sus jueguecitos ni un minuto más.~Ana~
Al poco de irse Clara a buscar a Daniel yo me fui a buscar a Raúl. No estaba ni en el salón, ni en la cocina donde hablaban Daniel y Clara. Me subí a la segunda planta buscándole. No estaba por el pasillo así que no me quedó más que buscar en las habitaciones, sólo me quedaba mirar en siete habitaciones y los cuatro baños de la casa, si no estaba en ninguna de esas habitaciones me rendiría y me iría.
Estuve buscando unos minutos hasta que abrí la puerta de la quinta habitación, y ahí estaba él, durmiendo. Me acerqué a él y me senté en el borde de la cama, me tumbé de lado y le acaricié la cara, esa hermosa cara que transmitía paz y tranquilidad mientras dormía. Le besé la frente y fui bajando hasta su boca, cuando le di un tierno beso en los labios abrió los ojos lentamente:
-Ana- Dijo con tono soñoliento mientras ponía su mano izquierda en mi cadera-, me has sorprendido.
-Perdona.- Me disculpé.
-No pasa nada.- Contestó y me besó.
Seguí el beso hasta que se puso encima de mí.
-Para.- Frené el beso mientras ponía las manos en su pecho y le apartaba.
-¿Qué pasa?- Preguntó preocupado.
-Raúl,- respondí seriamente- me tienes que dar explicaciones.
Suspiró y tras sentarse me acomodé a su lado:
-A ver Ana- comenzó- perdóname por no haberte llamado, ni haberte escrito ni nada.
-En vez de pedir perdón no haberlo hecho.
Agachó la cabeza y me cogió la mano:
-¿Qué tengo que hacer para que me perdones?- Preguntó.
-No lo sé.
-¿Qué tal si te beso?- Dijo acercando su boca a la mía y dejando apenas unos milímetros entre nuestros labios.
-Mmm...- Fui a responder y le besé.
No me podía resistir, me gustaba y él lo sabía.~Eva~
Se había ido Clara y Ana estaba con Raúl. No me importaba, de hecho me hacían un favor ya que podría estar con Vero. Ella estaba muy borracha y yo aunque no tanto, lo suficiente para echarle la culpa al alcohol. Estábamos sentadas con un grupo de gente que habíamos conocido esa misma noche. Jugábamos a Prueba o Verdad cuando me tocó a mí:
-Prueba.- Elegí.
-Mmm- dudó el chico- atrévete a besar a tu amiga.
-¿A Vero?- Pregunté.
-Sí,- respondió- no me acordaba de su nombre.
Me levanté y me acerqué a donde estaba mi amiga, me senté en frente de ella y le cogí la cara. Nos fuimos acercando hasta besarnos. No sabía cuánto llevábamos besándonos cuando un chaval se nos acercó:
-Bueno bueno, no os emocionéis.- Nos dijo entre risas.Nos fuimos cada una a su casa, no hablamos en el camino, ambas estábamos incómodas. Si por lo menos Ana se hubiese venido con nosotras la situación no habría sido tan incómoda.
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Gracias por leer este capítulo, y perdón por no subir en más de dos semanas, pero estábamos de exámenes y no tuvimos tiempo. El miércoles subiremos nuevo capítulo.
¡Hasta pronto!
Pd: El chico de la foto de este capítulo es: Adam Gregory.
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50 SOMBRAS DE CLARA
RomanceUna apasionante historia de amor que te hará reír, llorar, y apasionarte como nunca antes. Basado en hechos reales.