La quinta vez

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Desesperante... y fue tambien a los 18.

Me encontraba sentada en un suelo blanco limpio, mi ropa era blanca, al levantarme noté que todo ahí era blanco y lo reconocí como un aeropuerto.

Comenze por pararme con dificultad con la intención de preguntar a alguien como salir de allí, pero noté algo extraño primero que todo, había mucha gente (eso es lo normal) pero estaban estáticos, ese fué mi indicio, estaba durmiendo.

Al primer paso que dí todas las miradas se posaron en mi, no tenían rostros normales. Sus ojos estaban exageradamente abiertos, sus caras demaciado "lisas" (no se como explicar eso ), todos se parecían entre sí, tenian un rostro inquietante.

El hecho de sentirme observada me asustó mucho, lo suficiente como para correr a buscar una salida y me tope con la sorpresa de que no había ninguna.

Por donde pasaba la gente me miraba como analizandome mas allá de lo fisico, sentía que casi me tocaban el alma y pensamiento, y eso me helaba la sangre. No deseaba ni tocarlos por miedo a que se movieran de golpe y me hicieran algo.

Cansada de no encontrar salida y con todas las miradas anormales sobre mi, comenze a gritarme " quiero salir", grande fue mi sorpresa cuando alguien me respondió de vuelta haciendo eco en todo el lugar, diciendo " nadie puede escapar de su propia mente" y eso bastó para paralisarme por completo, caí al suelo sin fuerzas.

Pasó un par de segundos cuando reaccioné y pregunte despacio "¿quien eres...?¿Por qué me haces esto?" Y su respuesta no demoró, " Soy quien vive en tu mente, y no te dejaré ir".

Lloré de miedo. Para una persona como yo, el tener control sobre sus emociones es importante, intento siempre ser equilibrada, y es por eso que el hecho de que alguien venga y te diga que tu no tienes el control y que peor aun, te lo pueda demostrar, superó miles de pesadillas anteriores y me produjo tal miedo, que no logré reaccionar, estaba totalmente paralisada.

Pasé mucho rato así... escuchando lo que decia, cosas sobre mi, intimas, que nadie debia saber mas que yo. Llenandome de culpa.

Logré despertar luego de mucho rato y no fue un despertar desesperante, de pleno fue shockante.

Todo el rato que estube paralizada solo me dedique a pensar en lo que seguia escuchando. No reaccionaba. Me sentia invadida, como si violaran mi privacidad.

Y eso para mi fue mucho peor que despertar llorando.

Mi Vida Con Paralisis De SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora