Capítulo 4: Libre como el viento

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Veo a los niños jugar y escuchó sus angelicales risas y recuerdo cuando mis padres me traían a jugar a este parque, al parque "Teniente guerrero" que esta cerca de la colonia altamira dónde vivo. He vivido en Tijuana Baja California, desde que era pequeña.
Ya solo faltan semanas para que me gradúe y me despida de la preparatoria Lázaro Cárdenas, es una de las mejores y la mas demandada. Me gustaría estudiar para maestra, enseñarles y pasar tiempo con los niños, me agradan. Pero se que no podré, mi padre quiere que estudie derecho y me convierta en una abogada como el, aun no entiendo como sea abogado y resuelva casos de maltratos, cuando el es un maltratador.
Veo que pasan grupos de jóvenes de la preparatoria a la que asisto, por el uniforme, especialmente por la falda cuadrada azul con negro, que en lo particular a mi me gusta bastante.
Me incorporó y camino mas rápido de lo normal para llegar a tiempo a casa, si no quiero un regaño, los cuales e recibido muy a menudo, por cualquier cosa.
-Sofia, la comida ya esta lista.Ven.-dice mi madre en cuanto cruzo el umbral.
-Em... Iré a dejar mi mochila a mi habitación.
-Date prisa, queremos hablarte sobre algo tu padre y yo.
-Si. Ahorita bajo.

Subo corriendo las escaleras y entro en mi cuarto. ¡Dios! ¿Sobre que será? Tengo mucha curiosidad, pero me lo imagino, van a tratar de persuadirme, para que estudie derecho. Pero que tonterías pienso, ellos no me persuadiran me obligaran.
¿Porqué tienen que ser así? ¿Porqué no me dejan hacer mi vida?
Tomar mis propias decisiones, en las cuales pueda que cometa errores o pueda que no, pero si los cometo, poder corregirlos yo misma.
No todos nacimos para estudiar lo mismo que nuestros padres, ni mucho menos para tratar de cumplir sus sueños frustrados.
Todos debemos ser libres como el viento.

Entro en la cocina y tomo mi asiento en el comedor, junto a mi mamá.
Mis padres me sonrien en cuanto me siento y noto que tienen entrelazadas sus manos sobre la mesa.
Fijo la mirada en mamá que tiene una ceja alzada, por mi mueca de desagrado. Su labio esta roto y tiene sus hermosos ojos hinchados y marcados por dos grandes ruedas negras alrededor.
Le dedico una sonrisa forzada y ella asiente, dándome una sonrisa radiante.
Ese simple gesto me llena de alegría.
N

unca comprenderé el amor que siente por papá, simplemente no me cabe en la cabeza que alguien este dispuesto a tanto por amor. Un amor enfermo e injusto.
Miro la comida y agarro el tenedor, para empezar a comer el delicioso espagueti que prepara mamá.
Mmm, se me deshace en la boca y siento la explosión de maravillosos sabores. Me gustaría saber cocinar pero definitivamente yo y la cocina no hacemos una linda combinación.
-Sofia, tu madre y yo hemos ido a visitar universidades ,donde tengan la carrera de derecho. Queremos lo mejor para ti.
Detengo el tenedor a medio camino de mi boca.
¡Mierda! Tenia razón. ¡No,no y no! Oh, no. No permitiré que me obliguen a estudiar algo que no quiero.
¡Solo quieren joderme!
Sigo comiendo en un intento de mostrarme indiferente.
Volteo a ver a mi padre y tiene una horrible sonrisa de satisfacción, pues cree que ha ganado.
Pero se equivoca, por primera vez en mi vida no cederé.
-No. No se preocupen en buscar la mejor universidad en derecho, pues yo quiero estudiar para maestra.
Ambos me miran atónitos, como si fuera de otro planeta o me hubieran salido tres cabezas.
Ya que siempre se ha hecho lo que ellos quieren y nunca los he contradecido en nada.
Las palmas de las manos empiezan a sudarme y el cuero cabelludo me pica, por el miedo que me produce su reacción.
Al cabo de un rato mi padre sale de su trance de asombro.
-¡Tonterías!. Tu- me señala con el tenedor - serás abogada y punto.
¡Oh no! Tal vez me había dejado manipular toda la vida a su antojó, pero ya no, en esto no iba a ceder, aunque me gane una paliza de muerte.
-Eso lo has decidido tu, pero yo no.
Mi padre me miro con incredulidad.
-¿Qué?- dice en tono preligrosamente  amenazador.
-Lo que han escuchado. No estudiaré derecho.
¡Dios! No sabia, ni como le había hecho para enfrentarme a el, le tengo mucho miedo.
El corazón empeza a golpearme mas fuerte el pecho y las manos me empiezan a temblar, cuando mi padre se levanta.

            * * * * * *

¡uff! Por fin he terminado el proyecto de literatura.
Estoy muerta de sueño, pero me daré una ducha rápida.
Entro al baño y me desvisto haciendo muecas de dolor cuando me saco el pantalón.
Tengo el cuerpo lleno de moretones, por el cinturón. El día que le dije que no estudiaría derecho mi padre, me pego tan recio que pensé que mi carne no resistiria y se  destrozaria.
Con cada cinturonazo mi piel ardía y me punzaba de dolor.
Pero aun así no solté ni una sola lágrima y mucho menos le suplique que parará, no le di esa satisfacción.
Me sumerjo al chorro de agua y mi cuerpo se eriza, pero poco a poco se va acostumbrando a la sensación del agua fría. Agarro el shampoo y me lo aplico en el cuero cabelludo, dándome masajes circulares. Me lavo el cuerpo y me sumerjo de nuevo en el agua, para quitar el espuma de mi adolorido cuerpo.
Me seco el cuerpo y me enredo una toalla en el cabello. Me pongo mi ropa interior y salgo a la habitación.
Del primer cajón de la cómoda, agarro mi piyama de círculos, morada con rosa.
¡Me fascina esa piyama!.Además me la regaló la Señora Marta la mamá de Sam.

Me acuesto boca arriba y miro el techo que he contemplado por tantos años y que mañana a estas horas ya no lo haré.

He tomado la decisión de irme de la casa y no solo de la casa, si no a otra ciudad.
No me puedo quedar y dejar que me sigan maltratando tanto físicamente, como emocionalmente.
No se a donde iré pero se que cualquier lugar será mejor que mi "casa".

Tengo todo listo, ayer me cole en el cuarto de mis padres, mientras dormían y de la cómoda donde guardan los papeles importantes, saque los mios, acta de nacimiento, curt, certificados.

Después de robarlos, me sentí malditamente mal, pero ellos no se sienten mal por arruinar mi vida.
Así es que ya tengo todo listo, no llevaré maletas, pues me escapare, bueno ni tanto ya soy mayor de edad y puedo hacerlo si quiero, según la ley.
Me llevaré la mochila con algo de ropa y solo me llevaré mis sandalias de baño y los tenis que lleve puestos.
No he comprado boletos, porque aún no se a dónde iré, lo bueno es que tengo mis ahorros.

La única persona que sabe del acto de rebeldía de valentía o de justicia que hare, es Samantha.
Cuando le platiqué se preocupó mucho por mi, incluso me rogó en la graduación para que no lo hiciera, pero en esta etapa de mi vida, no necesito amigos que me comprendan. 
Samantha nunca a vivido un maltrato o algo parecido, sus padres son personas maravillosas y la aman.
Me ofreció su casa y se que lo hizo de corazón, pero no quiero incomodar a nadie, aparte seria el primer lugar en donde me buscarán si es que acaso lo hacen, pero lo dudo.
La alarma suena y me trae de regreso de mi sueño. Alargo la mano y presiono el botón de apagado.
Los rayos del sol se cuelan por la ventana y se que es hora de lentarme.
Tomo una relajante ducha y decido ponerme un pantalón entallado, una blusa y una chaqueta de cuero, mi favorita.
Me calzo mis tenis y me acerco al tocador.
Tomo asiento en la pequeña silla frente a el y comienzo a desenredar mi largo y mojado cabello.
Las lagrimas contenidas hacen presencia y comienzan a correr por mis mejillas.
- se fuerte- le susurra mi reflejo-No te dejaron otra opción.
Dejo mi pelo suelto y me pongo un gorro negro.
Bajo a desayunar y mi madre se encuentra en la  cocina.
-Hola mamá- susurro.
No obtengo respuesta de ella, esta molesta desde el día que les dije que no estudiaría derecho.
No me gustaría irme enojada con ella.
Es mas me gustaría que se viniera conmigo y empezar las dos de nuevo. Pero eso no pasara.
Me siento y comienzo a comerme el plato de fruta.
-Sofia un rato mas saldré a surtir la despensa ¿Quieres venir?- dice y hace una mueca de disgusto.
Oh eso es genial. No tendré que salir por la ventana.
-No tengo ganas de ir.
-De acuerdo- dice y sale de la cocina.
¿Porque es así conmigo? ¿Acaso no le importo? Sus actos me demuestran que le valgo un reverendo cacahuate, pero muy en el fondo no lo puedo creer.
Extraño tanto a la mujer que me brindaba palabras de aliento, que me acariciaba el pelo y sobre todo extraño sus brazos cálidos ¿Como puede una persona cambiar tanto?
Siento el estúpido nudo en la garganta.
No. No lloraré . No mas.

Mi mamá hace como quince minutos que se fue.
Tomo mis ahorros y los meto en mis ahorros en mi mochila y llamo a un taxi para que me lleve a la central ACN(Autobuse  Cordenados de Nayarit ).
Dejo mi celular en la comoda y bajo.
Abro la puerta y la cierro.
De la mochila extraigo la carta que hice para mis padres, donde dice que estoy bien y porque me iba dela casa.
Me encamino a la acera y por primera vez en mi vida me siento..... Libre como el viento.                   

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2017 ⏰

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