Las relaciones -de todo tipo- son como un puñado de arena. Si se tiene sobre la palma de la mano entreabierta, la arena se queda ahí.
Tan pronto como la mano se cierra y se aprieta duro, la arena comienza a deslizarse por entre los dedos.
Es posible que retengas cierta cantidad, pero la mayor parte se regará. Una relación se comporta de la misma forma.
Si se sostiene suavemente con respeto y libertad para la otra persona, es posible que permanezca intacta.
Pero si la estrujas mucho, con demasiada posesividad, ésta se desvanecerá hasta perderse.
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Chocolate Caliente Para el Alma de los Adolescentes
Teen FictionQuerido adolescente: Por fin, un libro para ti. Este libro está lleno de historias que te harán reír y te harán llorar. Será como el mejor amigo, presente cuando lo necesitas, siempre dispuesto a contarte una historia que efectivamente te haga senti...