Mi Fan, Mi Amor~ [Minami X Yuuri]

Cp. 3 "Es mio!"

//nuestra pareja se encontraba en la habitación del mayor, ya era tarde, el cielo ya estaba oscurecido por la gran manta nocturna y decorada con las preciosas estrellas, y el ruso? En otra habitación hospedado, planificando algunas cosas, y una que aquellas cosas son para recuperar a su preciado cerdito y deshacerse del pequeño que se lo robaba, el Kenjiro.

—Mina, tienes sueño? –dijo Yuri, recostado en su cama, sin remera ni nada que cubra su torso, y por debajo solo llevaba unos shorts–.

—Hah... No~, pero, yuri-kun... Tienes algo para prestarme? No quiero dormir incomodo.

—Ehh, todo lo que tengo te quedaría grande, pero déjame ir a buscarte algo! Solo esperame un momento~
–Tomo una bata y se la acomodo para poder retirarse de la habitación, dejando a Minami sin ninguna compañia presente-.

//El menor solo se sentó en la cama para esperar a su pareja ~o casi pareja~ sacandose la prenda que cubría su parte inferior, quedando solo en ropa interior que cubría su intimidad, y con una pequeña remera que no lo cubría mucho, acomodandose en posición fetal sobre la cama en completa tranquilidad, cerrando delicadamente sus ojos, hasta que una voz interrumpe su serenidad-.

—Quieres tener a mi cerdito no? -el ruso había entrado en la habitación, acercandose a el a paso lento-.

—H-hah?! –se había puesto a la defensiva con un susto presente-.

—Quieres ser la primera vez de el no? Lo quieres solo para ti? Hah~... Adivina que..

—Q-que?!!! –El miedo se expandió un poco mas, haciendo que este tome una almohada y lo mire un tanto indefenso-.

—eres menor, así que supongo que aún eres inocente en cierto sentido~... Así que, primero me encargare de que mi Yuri, no sea tu primera vez~
–esbozo una sonrisa, pero sin ninguna buena intención-.

—Q-que, a, a que se refiere? –se había achicado de hombros por aquello que dijo, mirandolo con bastante temor–.

—Tu que crees, pequeño idiotita? –ya manteniendo mas cercanía, se quitó la bata que le cubría su cuerpo totalmente desnudo, agarrando al menor con algo de rapidez para luego posicionarlo  en una vista bastante comprometedora, sin dejar que este se defienda–.