CAPITULO 1

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Saludó a mi amiga y luego a mi. Estoy nerviosa, muy nerviosa. Mi timidez ha vuelto. Voy a tranquilizarme. Respiro hondo, exalo. Repito lo mismo una y otra vez, con la peor suerte del mundo, ya que no funciona.

-Tienen dinero?-. Dice mi amiga al fin, se estaba tornando incómodo esto.

-Si-. Responde secamente.

Aveces me impresiona su manera de hablar, ya que no la veo acorde a su edad. Me hace pensar que es malhumorado, y eso realmente me encanta. Me encanta todo de él. Su sonrisa, que no es perfecta, me hace sentir mariposas en el estómago que vuelan suavemente dentro de mí. Sus ojos... Me vuelven loca. Son marrones oscuros, y siempre me intimidan por la suave mirada que tiene siempre. Y es tan...

-Tu tienes?- su voz grave me saca de mis pensamientos.

-Yo...- me toco los bolsillos. De suerte tenía 20 guardados en el pantalón.

-Toma- Le doy el dinero y seguimos caminando hacia un pequeño mercado en una esquina.

-Nos alcanzan galletas- Dice él mirándonos a las dos.

-Compra galletas- Dice mi amiga con toda la menor importancia del mundo. Asiente y compra unas galletas surtidas.

-Bueno... Por lo menos, calmará el hambre- Hizo una mueca y yo lanzé una risita nerviosa.

-Cather, que ocurre?- Dice Agustín mientras comía una galleta de chocolate glaseada con azúcar artificial.

-Yo... Nada- Me limité a responder. No puedo hablar con él, digo una palabra y siento algo en mi pecho. No se lo que es, pero siento que la comida la tengo en mi boca y no podré seguir hablando.

-Mientes- Mierda. «¿Soy tan evidente?»

-Nah, que dices?- Comencé a reirme sola como una estúpida. Me miraron raro y me callé. Hay veces que me siento mal por que todos me creen una tonta inmadura. Me duele mucho que hagan eso, pero la humanidad está demasiado tonta ahora, y eso hace que me tranquilice. Si me miran así; ¿Algún problema tienen que sonría y sea feliz? Aparté la mirada y algunas lágrimas amenazaron en caer.

-Ya...- Lo miré de reojo, me miró y apartó la vista. Sonreí, como de costumbre.

La tarde permaneció en silencio. Me dispuse a caminar un rato sola y sin que nadie me mire mal, sus miradas me perturban. Cerré los ojos, y me imaginé el mundo perfecto. Él me miraría, me atraparía con sus ojos cafés profundos y me abrazaría. Me diría algo vulgar pero profundamente sexy y me besaría. Pero no. El mundo real no es así. Me evita siempre, como si se avergonzara de mí cada vez que yo estoy cerca. Y aún así, estoy enamorada. Estoy enamorada profundamente de él, y temo no poder olvidarlo. El se ha llevado mi corazón, y se le está resbalando de las manos. Espero que lo sostenga lo más que pueda y no tirarlo en un cesto de basura, dejándome a rastras otra vez. Ojalá no lo hubiera conocido. Ojalá no lo hubiera amado.

Esperando Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora