La más bella y suave rosa.

62 9 6
                                    


Podía notar el dolor en sus ojos, sentir el vacío en su pecho, ella sufría una gran perdida, tenía angustia. Estaba mal y muy vacía por dentro. Sin embargo me parecía hermosa, su cabello negro, su delicada silueta. todo en ella era delicado. Pero a simple vista podía reconocer a una mujer con carácter fuerte, aunque se estuviera quebrando en mil pedazos.

Choque con ella a propósito

Y sus labios... Eran hermosos y mi lengua lo sabía, quería besarla.

Ella, es algo así como el pétalo de la más bella y suave rosa. Pero así mismo, desgarra tus dedos al tocar sus espinas.

Había divagado durante siglos por el mundo. Viendo como este cambiaba olvidando por completo sus raíces. Dejando de lado las antiguas creencias y acogiendo una vida poco convencional. Nosotros los dioses, nos adaptamos por pura conveniencia, de vez en cuando es bueno salir de la rutina y encontrar un poco de diversión y es que conocí a miles y miles de mujeres, pero ninguna logró que me sintiera completo y real.

Hasta esta noche...

La vi caminando por la orilla de la playa, pensando en estupideces, lamentándose por tonterías y sufriendo sin merecerlo.

Ella...simplemente era hermosa. Su melena negra brillando por la luz de atardecer. Sus ojos oscuros, su piel morena y aquellas curvas naturales que sólo alguien como ella, podía tener sin basarse en estúpidas dietas...moría por tocarla en ese instante, besarla y hacerla mi mujer. Pero tenía que esperar. No quería que me viera como un acosador y saliera huyendo por ahí despavorida.

Salí del agua y tomé mi forma humana, enseguida su mirada se posó en mi y reí ante su reacción. Mi forma de vestir la dejo desubicada, fue lo que se me ocurrio, lo importante era salir y verla. Ni cuenta se dio cuando obstruir su paso, choco conmigo y reaccionó.

Y es que en el mismo instante la ame. Lo hice desde que su mirada se cruzó con la mía. Desde que su piel rozó la mía. Desde que escuché su voz y aquella me llevó a un paraíso más bello que el propio OLIMPO.

Su curiosidad era tan grande, miles de preguntas arrollaron su mente y sus expresiones de confusión me parecieron tan divertidas, que casi logra sacarme otra risa.

Esos labios encendieron mi ser, cada fibra de mi cuerpo quemaba. Después de conversar un poco con ella y notar que estaba muy confundida, no soporte más...

Deje los tapujos de lado, me acerque a ella tomando su cintura salvajemente y la besé...

Cada beso, cada caricia y gemido estaban grabados a fuego en mi mente.

La suavidad de su piel, la fragilidad de su alma y la fuerza de su temperamento, hacían que yo perdiera completamente la cordura.

La besé como si mi vida dependiera de ella, la lujuria en nuestros cuerpos fluía con fuerza, como las aguas de una cascada, con esa misma fuerza. Ella correspondió en medio de la confusión con hambre y ansia. Muy llena de deseo y lo pude sentir, sentí como se derretía entre mis brazos.

Aquella bella mujer perdió la razón enredando sus piernas alrededor de mi cintura y yo maldecía el no poder estar en un lugar más privado, para hundirme en ella y declararla mía, solamente mía. Ella había perdido la noción del tiempo y olvido la razón por la cual había venido aquí. Sentí, como una serena tranquilidad plantó bandera en ella y su corazón latía a mil por hora mientras gemía en medio de los besos.

Después de esto, me juré a mí mismo tenerla sin importar el precio. La quería para mí sin reserva alguna. Ella me había quitado el aliento, hizo que mi corazón latiera desbocado y logró que deseara algo como jamás lo hice.

Pero eso estaba por verse, ya que alguien se interponía en mi camino, alguien que tenía un lazo muy profundo con Graciela,

De eso me encargaría después

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 20, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Profundidad Del OLIMPO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora