¿Que pasa en la humanidad?
Los noticieros daban la información, y los conductores se mantenían en ello a pesar del enorme miedo que se mostraba en sus rostros. Hablaban constantemente sobre un virus extraño y no conocido que estaba atacando a la mayor parte del mundo, si es que no era a todos. La palabra zombies se repetía demasiado; seres sin cerebro, ni presión sanguínea que se mueven y se sienten fuertemente atraídos por el sonido y la vida en sí. Eran muertos vivientes que atacan humanos.
La gente al principio no creía lo que se informaba y pensaban que todo era un plan del gobierno y los medios para mantenerlos asustados. Pero en estos momentos ni la casa blanca estaba a salvo.
Isak estaba en su oficina escuchando la pequeña televisión en su celular, desde donde no quería salir. Estaba en un piso relativamente alto, las puertas y ventanas estaban completamente cerradas. La gente había salido despavorida cuando los gritos comenzaron en las plantas de abajo. Isak había pensado que correr a los monstruos no era un buena idea y dudaba que fueran a salvarse, por lo que ahora se encontraba solo y más asustado que la mierda.
Su padre había desaparecido a primera hora de la mañana de ayer. No esperaba que pasara todo el tiempo con él cuando lo había invitado tampoco, por lo que no fue realmente una sorpresa. Suponía que se había ido a acostar con la secretaría de pechos grandes de la oficina de abajo. Ahora podría estar muerto y no podía importarle aunque lo intentara. Siempre había sido independiente y a su edad, veinte años, probablemente sabía más de la vida que su padre. A excepción del sexo. Estaba orgulloso, no cualquiera a su edad seguiría siendo virgen. Pero siempre había querido esperar a la persona correcta, aunque sus amigos lo molestaran por eso mismo.
Ahora podría morir sin haber vivido el sexo. Suspiró, tal vez no había sido una buena idea. Y la idea de tener sexo con un zombie no era para nada atrayente. Quiso brindar por su virginidad, si tan solo tuviera una copa de champagne.
Se acercó a la ventana para ver cómo estaba todo afuera y francamente se veía horrible. Gente corriendo, gritando. Otras con armas disparandoles e intentando protegerse. Violencia, garabatos. Se encontraba en un piso bastante alto pero podía escuchar y eso significa que la desesperación era muy grande.
Cerró la cortina y se sentó en el mueble con las piernas cruzadas. Estaba temblando, y tenía unas ganas horribles de comerse las uñas, que por obvias razones no podía ya que le habían inculcado que era de mala educación y podría dañar su estómago. Aunque no sabía si era importante que aún lo pensara. Eran los últimos días de la humanidad. Ya nada podía resultar peor.
Unos golpes en la puerta lo asustaron y se escondió rápidamente bajo el mueble, colocando la silla para que no pudieran verlo. Rápidamente la puerta fue empujada y rezaba a todo lo existente y a lo que no, que por favor no sea un zombie. Su respiración ya era irregular y su pulso estaba más allá de lo normal pero se negó a soltar un gemido cuando su vida estaba en peligro.
—¿Hay alguien?— Una voz ronca resonó en el lugar e Isak quiso asomarse para ver de quien se trataba pero se mantuvo quieto por su bien, quizás solo había sido algo de su mente. Una mala jugada. —¿Quien esta aqui?
Isak suspiró y mordió su dedo. Se decidió, y salió cuando notó que un hombre lo apuntaba con un arma. El tipo era unos cinco centímetros más alto. Mejor construido y unos ojos azules oscuros en donde podría nadar si es que lo quisiera. El hombre alejó el arma y se acercó con cuidado, como si esperara algún tipo de ataque. Pero en un punto este lo desechó como un peligro y negó, volteandose para poner la puerta en su lugar, acercando un pequeño mueble para sujetarlo.
—Me llamo Ethan— Miró hacia la puerta —Lo siento por eso.
—Isak— Le dio la mano tan fuerte que el tipo hizo un chasquido con la lengua. —Lo siento pero a veces cuando estoy nervioso aplico mucha más fuerza de la que en verdad tengo, estoy tan asustado y llegaste tu, mi principe.
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Luchar con amor (BL/YAOI)
RomanceIsak vivía de una forma normal e independiente. Un omega rechazado por su familia a pesar de que se lo negaran vehemente. Ethan es un alfa fuerte capaz de manejar armas. Le es casi imposible sentir miedo, pero los zombies son repugnantes y provocan...