Una semana ha pasado desde la primera vez que se acercó a esas cosas. Ya logra mantenerse muchas horas de pie, y detesta tener que volver a la cama para dormir, si pudiera dormiría de pie, ama estar con los pies en el suelo como nunca antes.
El médico le hace, a partir de ahora, una revisión una vez por semana para verificar cómo va su respiración, la evolución de sus heridas y, sobretodo, cómo ha ido avanzando su rodilla. Todo se ve bien, sorprendentemente, es un hombre fuerte ese coronel. Kyuhyun, a veces, piensa que incluso es innecesario que todavía permanezca ahí, pero por algún motivo no se permite alejarlo de sus cuidados.
—Pronto podrá volver a casa, coronel—dice el médico anotando algunas cosas indescifrables en la ficha—. Está sanando muy bien, e incluso me atrevo a decir que en uno o dos meses, dejará las muletas. Aunque…
Ryeowook lo mira esperando a que continúe, pero kyuhyun permanece en silencio. Lo que está a punto de decir, a nadie le gusta escucharlo.
—¿Qué?
—Aunque es probable que quede con secuelas.
El coronel chista la lengua, soltando una risa burlesca.
—Eso es lo de menos—responde, moviendo la cabeza de un lado a otro en un gesto que lejos está de ser de resignación—. Soy un militar, es inevitable que mi cuerpo quede con secuelas.
—Lo digo porque a nadie le gustan las secuelas, coronel. Probablemente, ni siquiera a los soldados les guste, en realidad.
—Mientras pueda seguir con mis manos buenas para trabajar, no tengo por qué llorar por una secuela.
El doctor lo mira, soltando fuertemente el aire por su nariz. Definitivamente ese hombre es admirable, pero aún no logra entenderlo del todo. No mientras lo siga mirando como soldado.
—Además—dice de repente, haciendo que kyuhyun vuelva a mirarlo con esa extraña ansiedad que le genera—… Creo que te costará entenderlo, pero las cicatrices o las "secuelas", como tú lo llamas, me llenan de orgullo.
El médico ríe brevemente—Sí, me cuesta entenderlo—Se pone de pie repentinamente, como si buscara algo—. Pero soy capaz de ponerme en su lugar.
—Yo no puedo hacer eso. No me enseñaron a ser compasivo, a mostrar empatía ni nada de eso.
Kyuhyun, por algún motivo, deja caer sus ánimos de conversar con él. Seguirá siendo un soldado siempre, hasta que muera, incluso bajo amenaza, su mente seguirá dominando todo lo demás. Su fuerza innegable y su cordura aplastará todo rastro de humanidad. Sin embargo, no puede evitar sonreír al recordar la vez que, de los ojos marrones del coronel, cayeron lágrimas de impotencia. En el fondo, seguía siendo un ser humano sensible, un humanista letrado que se dedicaba a la literatura.
—A mí sí me lo enseñaron. Debo poner a las personas antes que cualquier cosa, mi ética profesional me obliga a resguardar la vida. Las personas antes que mi país.
—Me insultas, mocoso.
Los ojos del coronel se tornan furiosos de pronto. Kyuhyun frunce el ceño por la subida de la voz. No permite que esa actitud lo intimide, no cuando conoce a la guerra casi tan de cerca como un soldado.
—Y usted me insulta a mí, coronel. Vi la guerra desde cerca en Manchuria, mi padre murió en un campo de concentración ruso y mi madre fue violada hasta morir por los americanos. ¿Cree que no sé de qué se trata esto? —Pese a soltar cosas tan horribles, el médico mantenía su voz neutra, pero sus ojos eyectaban una convicción que Kim no vio jamás en ningún otro—Sé perfectamente de lo que hablo cuando me refiero a la guerra. No la defiendo, no la justifico, pero la entiendo. Y porque la entiendo, es porque lo respeto y me permití a mí mismo cuidar de usted personalmente antes que cuidar a todos esos soldados obligados a pelear una guerra que no les pertenece. En otras palabras, coronel, no comparto en absoluto su sentir, pero defiendo su derecho a expresarlo.
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Y ATRÁS, EL DEBER (kyuwook)
ФанфикLa voz gruesa, acostumbrada a dar órdenes, se apaga repentinamente, como una llama de fósforo. Su respiración se agita y, en su pecho, crece una tristeza que él interpreta como impotencia. ¿Qué será de él sin servir al emperador? ¿Qué pasará con el...