Capitulo 28

98 10 0
                                    

Me sale la risa tonta y me pongo roja, pero basta de vergüenzas ¡es Vero!

-Si, me he liado con él y hoy casi nos acostamos

-A ver Malú, no me puedes decir todo esto de golpe que me da un pasmo, cuéntamelo despacito

-Todo empezó en un concierto cuando él me estaba tocando la guitarra, no parábamos de mirarnos diferente, como con una complicidad que nunca antes había tenido, era especial. Ahí, en ese momento me di cuenta de que eso no era normal que no era una simple amistad, estaba sintiendo cosas por mi amigo. Esa noche en mi habitación del hotel, me intentó besar, pero yo me aparté, tenía miedo de todo esto. Estaba en pleno divorcio y yo no podía meterme en medio, bueno más bien, no quería. Pero llegó el día después del parque de atracciones y no pudimos aguantarlo más, nos besámos y ahí es cuando me sentí libre, porque había soltado algo que llevaba semanas reteniendo en mi. Y ahora mismo con todo este discurso que te he dado, me estoy tomando cuenta de que le quiero más de lo que pensaba, en solo dos o tres semanas me ha hecho sentir importante y darme un valor que pensaba que lo tenía perdido y me ha dado vitalidad y ganas de seguir...

-¡Malú no llores!

-No estoy llorando

-Que bonito, pero ten cuidado que tú siempre te emocionas con el amor y luego pasa lo que pasa...

-Lo sé, lo se, pero no seas aguafiestas. Que el principio de algo siempre es bonito

-¿y quién más sabe esto?

-Nadie, solo tú

-Que honor, pero si llegáis a algo más, en plan pareja en serio. ¿lo vais a confirmar en la prensa?

-¡no! Y no adelantes cosas, hay que vivir el presente

-¿dónde está Carla? ¡Carla!

-Se ha salido al jardín con las perras

-Joder, y con el frío que hace

-No pasa nada, no te pongas así

-Ya sabrás tú lo que es ser madre

Salgo al jardín y la verdad es que hace un frío... Empiezo buscar a Carla, pero no la veo. Menos mal que viene mi perrita Danka y me lleva hasta ella, está en una amahaca dormida, me muero de amor al verla ahí tan inocente y tan poca cosa, pero la cojo con cuidado y la subo a la habitación, menos mal que va en pijama, la arropo y le doy un beso en la frente.
Al cerrar la puerta con cuidado me siento madre, y me encanta esta sensación

-Ya la he acostado Vero

-Has madurado mucho en estos años

-Tengo 30...

Mi destino eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora