Espero que mi ex haya sido el amor de mi vida
El viernes me encontré con una amiga que hace tiempo no veía, hablamos sobre nuestras vidas y como era de esperar me preguntó: “¿cómo está tu novio?” Después de un momento le respondí: “no sé nada de él, ya no estamos juntos”. Y claro, me miró con una cara de tristeza y simpatía que todos intentan mostrarte cuando dices algo así, a continuación dijo lo que la mayoría de personas dirían para hacerte sentir mejor: “vas a encontrar a alguien nuevo y lo vas a amar tanto como él o incluso más.” Realmente espero que mi amiga esté equivocada, espero nunca encontrar a alguien que ame tanto como a él.
Puedo decir con seguridad que no quiero volver con él. Lo digo porque lo que entregué de mi fue simplemente demasiado, me entregué de manera abrumadora, me lancé al vacío sin dudarlo, y me di cuenta que no había nadie para recibirme abajo cuando ya estaba cayendo. Un puente se sostiene de dos lados, y nuestro puente se cayó, claro está por leyes de gravedad. El amor que le di fue simplemente demasiado para mí.
Puedo decir que fue mi primer amor, lo digo porque nunca había sido tan sincera y entregada a alguien; al punto de no querer mirar a ningún otro hombre porque el era todo lo que quería. Era un amor lleno de ilusiones y expectativas, tanto que llego un punto en donde mi felicidad era basada en hacerlo feliz a él. Era lo primero que pensaba en la mañana y lo último en la noche. Esperaba sus mensajes todo el día, hacía lo que fuera por verlo, pensaba todo el tiempo en detalles que le alegraran el día, siempre trate de hacerlo sentir el hombre más especial del mundo porque para mí si lo era.
Y como casi todas las relaciones, el principio de esta fue lo mejor, esa pasión que te absorbe y te consume. Pero en poco tiempo él cambió. Nunca sabré por qué, ya que yo si era la misma, la misma que logró enamorarlo al principio o eso creía yo. Tal vez nunca lo enamoré o conoció a alguien más, o simplemente se dio cuenta que el amor que le tenía era tan grande que no iba a ser recíproco. Pero la razón ya no me importa, empecé a liberarme de todo aquello que no era saludable: situaciones, personas, gustos y cosas (incluido él). Algunos lo llamarían egoísmo, yo lo llame “amor propio”.
Espero que mi ex haya sido “El amor de mi vida”, porque no quiero volver a sentir esa clase de amor nunca. A pesar de que la relación duró poco, me cambió la vida y es algo de lo que nunca me arrepentiré. Ya que crecí como persona, y me di cuenta de lo que quiero y merezco. Me enamoré y me encantó cada minuto que compartí con él, incluso cuando peleábamos, yo lo amaba. Pero nunca me quiero volver a sentir así, amando tanto a alguien que cualquier cambio generaba dolor, sentir como el se iba desvaneciendo me mataba lentamente y me comía por dentro. Y cuando tome la decisión de seguir mi camino sola, fue como si mi mundo se detuviera y de él dependiera moverlo.
Pero mi mundo si siguió girando, y cuando me di cuenta de que lo que necesitaba era “amor propio”, y no ese tipo de amor, fue que el dolor en mi pecho se detuvo y mi corazón parecía haber puesto sus pedacitos juntos de nuevo. No es que yo no quiera volver a enamorarme, pero cuando lo haga de nuevo, y me entregue del todo a una persona, espero que sea un tipo muy diferente de amor.
No quiero a mi “otra mitad”, quiero a alguien que me haga sentir completa conmigo misma. No quiero extrañar a alguien tanto que duela, no quiero llorar por las noches por no saber como rescatar ese amor. Quiero un compañero y un mejor amigo, no quiero que sea la mejor parte de mí, quiero que impulse a ser la mejor versión de mi, ya que yo se que haría eso con él. Quiero alguien con metas en la vida, porque si el sabe hacia donde va, yo puedo hacerle compañía en su camino.
Mi ex me enseñó más sobre el amor y la vida de lo que él alguna vez sabrá; soy de las personas que piensa que todo en la vida pasa por una razón, por eso no me arrepiento de nada, las personas llegan a tu vida por una razón, o son una bendición o una lección. Me encantó estar enamorada, pero era un tipo equivocado de amor.