One Shot

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LA MAMÁ DE KEN

-Vamos, es tu turno TaekWoon – dijo el moreno niño de 7 años con la gorra hacia atrás

-¡Chutis! – grito el más grande, saltando de alegría

-¡Ja! Yo le daré trillar, ya verás – advirtió el otro moreno

-¡Otra vez jugando afuera de mi casa! ¡Que no pueden ir a la plaza! – intervino la señora mayor con otro niño de su mano

-¡La calle no es de usted! Es vía pública, además...

-¿Además? ¡Además te voy a dar muchacho malcriado! – le intenta pegar con su bolso

-¡Mamá, no les pegues! – dijo el menor que iba de su mano

-Tu cállate JaeHwan

-Pero tienen razón, la calle es de todos –  susurro su hijo 

-Cállate dije, mejor métete a la casa que se te pega lo haragán – la señora Lee volteo a mirar a los niños con mala cara – fuera de aquí, montoneros, que luego les aviso a sus padres para ver de a como les toca – los tres niños salieron corriendo tras la advertencia.

Y así, así era la vida en el pequeño barrio donde el trio de niños, TaekWoon, Hakyeon y Wonsik, jugaban todos los días en las calles de tierra, en realidad lo hacían porque ese era el lugar más plano de toda la calle. Solo por las mañanas donde los niños asistían a la escuela había paz, en cambio por las tardes incluso noches, los gritos, a veces peleas entre ellos era el pan del día.

Harta de tanto bullicio la señora Lee hacía de todo para ahuyentar a los bribones que irrumpían su tranquilidad

Su hijo, el pequeño JaeHwan los observaba por la ventana de la casa de una planta como los otros niños se divertían, en cambio él no podía salir, su madre no se lo permitía, no porque fuera mala con él, todo lo contrario, el pequeño castaño había nacido con el corazón delicado, no podía correr como los otros niños, ya en una ocasión jugando con su primo Hyuk había convulsionado al punto de quedar postrado en la cama de un hospital durante varios días, desde entonces su mamá le prohibía cualquier tipo actividad que implique uso de energía. Sin embargo, JaeHwan, envidiaba tanto a esos niños, se quedaba horas viendo tras el cristal, sonriendo de vez en cuando al ver a sus pequeños vecinos tan animados, deseaba poder curarse para poder jugar con ellos algún día.

Un día, mientras ellos jugaban a la pelota, TaekWoon pateo la bola tan alto que se fue volando atravesando las paredes de la vivienda de "la bruja" (como la llamaban a la mamá de Ken) lo que no imaginaron el trio de niños es, donde había ido a parar la pelota. Justo en la cabeza de la señora Lee, que lavaba la ropa junto a su hijo en el patio de su casa.

-¡Esos mocosos! – dijo frotándose la cabeza

-¿Les puedo devolver el balón? – dijo Jae tomando la bola en sus manitas

-No! – dijo, quitándole el balón de las manos y poniéndolo en un lugar seguro, según ella.



-Tú la pateaste, ve tú – dijo el más mayor

-Pero tú eres el hyung aquí, además jugar a la pelota fue tu idea – reclamaba el de cabellos negros

-Está bien, está bien, que sea a la suerte. Piedra, papel o tijera

Ambos jugaron ese juego y TaekWoon perdió. Haciendo pucheros de molestia el pelinegro se acercó con miedo hasta la puerta, con su manita temblorosa toco dos veces, dos golpes muy suaves, en cuanto el portón fue abierto inmediatamente se cubrió con sus brazos imaginando lo peor. Pero de alguna manera la señora Lee solo le dijo que se lo devolvería a sus padres, cerrándole la puerta en la cara y sin siquiera darle la oportunidad de hablar

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2017 ⏰

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