Oniria e insomnio.

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No había edificios, ni calles, ni humo, ni fuegos. No existía las miradas feas, menos los enemigos, o llamados monstruos. Sólo las nubes bajo sus pies, suaves como algodón, y a lo lejos la mujer volaba, volaba bailando. Hacia los equilibrismos como una parte del circo. Se lanzaba y allá persiguiendo cometas y meteoritos fugaces sonreía, evaporaba colores. Era un paraíso, las imágenes más bonitas que había visto. El sonido de su risa era música, su aliento menta y sus arterias de neón. Era como si su sangre viniera de un planeta perdido, sin suelo. Insomnio se quitó la pijama y sin pensarlo dos veces, y sin pensar en sus recuerdos que una vez la vida le dio. De repente pensó que esa vida nunca le perteneció, y él se entregó a los sueños.

Oniria e insomnio. Where stories live. Discover now