Capítulo1: -Tu llegada.-

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Era una tarde calurosa. Ya eran vacaciones de verano, y la estudiante de preparatoria Luna, estaba buscando un empleo. Sus amigas se iban de paseo con sus novios, mientras que ella sólo quería trabajar, ya que ni novio tenía.

—Creo que nunca encontraré nada interesante—Dice un poco triste, y a la vez aburrida.

—A comer, Luna—Su madre toca la puerta, mientras le avisa sobre la comida.

—Sí mamá, ya voy—Luna se pone unas sandalias, y baja rápidamente a comer su desayuno. Era su favorito, huevos revueltos con pan tostado.

Luna no acostumbra a comer mucha comida de su país, ya que antes vivía en el exterior con sus abuelos. Debido a circunstancias de la vida, se mudó con su mamá a Japón. Ya era un poco más de las 9 de la mañana, y mientras Luna tomaba su desayuno, trataba de encontrar un buen trabajo.

—¿Aún sigues con eso? Sólo come tu comida, jovencita— Dice su mamá un poco molesta

—Quiero hacerlo y ya, mujer—Dice con una risita.

—Me voy al hospital. Espero encuentres algo entonces—Abre la puerta y se va.

—Amo a mi madre, pero a veces no la soporto—Da un gran suspiro, y se levanta de la silla mientras toma su plato y se dirige a lavarlo.

20 minutos después, Luna decide ir a la tienda a comprar unos dulces. En el camino se encuentra con una señora no mayor de 60 años, pegando unos papeles en cada poste que veía.

—¿Que estará haciendo?—Se preguntaba Luna, mientras se acerca a la señora. —Disculpe...—Luna se detiene a decir algo, al ver lo que decía el cartel: Se busca niñera a tiempo parcial, se pagará por hora, y también por días extras (Fines de semana).

—¿Te interesa el trabajo querida?— Pregunta la señora, mientras voltea a ver a Luna.

—Umm... ¡Por supuesto, oba-san!— Exclama con seguridad, mientras da una sonrisa a la señora.

//Nota: Oba-san es un término que se usa para referirse a una abuela, o adulta mayor (señora).//

La oba-san de aspecto amable da su información de contacto a Luna y le propone venir mañana, para hablar mejor sobre el empleo.

En la noche:
—¡Ya llegué, mamá!—Tira la puerta al cerrarla.

—Cuidado con la puerta, Luna—

—Lo siento, mami— Dice mientras se ríe y se sienta a tomar una taza de café.

—¿Pasó algo bueno?— Toma un poco de café.

—Logré encontrar un trabajo, mamá— Sonríe y mira a su madre.

—¿Trabajo de qué?—

—De niñera a tiempo parcial.  Es raro,  ya que nunca he cuidado niños,  pero será  divertido,  o eso creo yo—

La mamá  de Luna estaba un poco sorprendida,  ya que nunca había  visto su hija tan  comprometida con algo,  a parte de sus estudios.  Era la primera vez que se interesaba en el cuidado de los niños,  por lo que decidió  dejarla hacer su trabajo.

Al día  siguiente:

—Uff,  estoy un poco nerviosa— Luna mira el papel con la dirección  y se da cuenta de que era una buena zona de gente de clase alta. —Yo soy clase media,  así  que esto me sorprende mucho— Dice mientras observa con cuidado cada hogar. Mientras sigue caminando verifica  el número  de la casa y se percata de que pasó  la casa por 3 más.  Se regresa y se encuentra con una casa  muy antigua,  de aspecto cultural. Se notaba que era enorme,  mientras que su casa era como la 3ra parte.

—Oh,  ya iba saliendo,  pensé  que no vendría jovencita— Abre una reja grande que cubría  la parte  de afuera,  arriba poseía  electricidad.  Al ser una zona de clase alta

—Buenos días,  oba-san— Hace una reverencia y cruza aquella reja. Recorre un largo camino de no más  de 20 mts,  donde se encontraba la entrada principal  con una gran puerta de madera.

—Esta casa fue construida  por mi padre hace más  de 45 años—  La señora abre la puerta de madera.  Poseía  muchos seguros,  por lo que tardaba un  poco en abrirla.

—Es muy linda  y está  bien conservada— Se quita los zapatos al entrar y se dirige a sentarse en el gran sofá  que se encontraba en la sala principal.

—Bien, ¿Cómo te llamas,  jovencita?—

—Mi nombre es Luna Marie Goodman Haruna.  Tengo 15 años, (aproximándose a los 16,   y estoy en primer  año de preparatoria— Sonríe.

—Entiendo...— Vamos  a la cocina,  prepararé  té— La señora  se  dirige a la cocina a preparar el té.

—Me parece bien— Sigue a la señora hasta  la cocina.  Se sienta en una de las sillas de aquella gran cocina.

—¿Por qué  decidiste trabajar de niñera?— Pregunta  un poco curiosa,  mientras preparaba aquel  dichoso té.

Luna no haya una respuesta  clara,  ni ella misma sabía  porqué  quería  trabajar siquiera.  En el fondo lo sabía,  pero sería  algo muy personal para contárselo  a alguien que apenas conoce. —Supongo que es porque me gustan los  niños— Eso es  lo que quería  decir,  pero mentiría  al decirlo,  ya que no estaba segura de querer tratar con niños.  De hecho es hija única.

—Seré  franca con usted,  oba-san de nombre que desconozco. Quiero ser de ayuda recíproca  a mi mamá.  Ella me ha dado tanto,  a pesar de su condición inestable.  Yo antes vivía  en el extranjero con mis abuelos y mi padre,  pero no quería  dejarla sola,  por lo que vine a cuidar de  ella,  a pesar de que ella es la que cuida de mí— Dice con tanto de seriedad  en su rostro—

—Mi nombre  es Saori Matsunaga.  Soy la abuela del niño al que vas a cuidar, jovencita.  Me gusta tú  honestidad,  así  que estás  contratada— La señora sirve el té  y coloca un plato de  galletas en la mesa.

—Oh,  gracias,  Saori Oba-san— Prueba un poco  del té.  —Y gracias por el té  y las galletas—

—Mi nieto está  arriba jugando.  Iré  a buscarlo para que lo conozcas—

Saori-san sube a buscar a su niño,  mientras que Luna disfrutaba de sus galletas.  Ella estaba un poco  nerviosa,  ya que  sería  su primera vez cuidando niños...

—Espero poder llevarme bien con él— Suspira y bebe más  té.

— No quiero a una niñera.  Me niego a tener una,  abuela—

Luna escuchaba aquellos quejidos del niño,  mientras era obligado por su abuela a bajar. A pesar de todo,  no se arrepentiría  de su decisión.

—Tendrás  que acostumbrarte—  Dice Saori-san,  mientras tomaba al niño de la oreja.

—¡Eso duele,  abuela!— El niño ed obligado  a bajar y a presentarse a la niñera— Soy Jun Matsunaga.  Espero  te vayas por donde viniste— Saca su lengua.

—Es un placer,  Jun-Kun.  Mi nombre es Luna Haruna,  y espero  nos llevemos bien— Sonríe  y saca su lengua también. (Este mocoso impertinente)

—A partir de ahora ella cuidará  de ti durante un largo tiempo—

Luna sabía  que no era  fácil  el cuidado de ese niño tan odioso,  pero daría  todo de ella para lograr ganarse la confianza de Jun.

Yo amo a mi niñera. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora