Era una tarde calurosa. Ya eran vacaciones de verano, y la estudiante de preparatoria Luna, estaba buscando un empleo. Sus amigas se iban de paseo con sus novios, mientras que ella sólo quería trabajar, ya que ni novio tenía.
—Creo que nunca encontraré nada interesante—Dice un poco triste, y a la vez aburrida.
—A comer, Luna—Su madre toca la puerta, mientras le avisa sobre la comida.
—Sí mamá, ya voy—Luna se pone unas sandalias, y baja rápidamente a comer su desayuno. Era su favorito, huevos revueltos con pan tostado.
Luna no acostumbra a comer mucha comida de su país, ya que antes vivía en el exterior con sus abuelos. Debido a circunstancias de la vida, se mudó con su mamá a Japón. Ya era un poco más de las 9 de la mañana, y mientras Luna tomaba su desayuno, trataba de encontrar un buen trabajo.
—¿Aún sigues con eso? Sólo come tu comida, jovencita— Dice su mamá un poco molesta
—Quiero hacerlo y ya, mujer—Dice con una risita.
—Me voy al hospital. Espero encuentres algo entonces—Abre la puerta y se va.
—Amo a mi madre, pero a veces no la soporto—Da un gran suspiro, y se levanta de la silla mientras toma su plato y se dirige a lavarlo.
20 minutos después, Luna decide ir a la tienda a comprar unos dulces. En el camino se encuentra con una señora no mayor de 60 años, pegando unos papeles en cada poste que veía.
—¿Que estará haciendo?—Se preguntaba Luna, mientras se acerca a la señora. —Disculpe...—Luna se detiene a decir algo, al ver lo que decía el cartel: Se busca niñera a tiempo parcial, se pagará por hora, y también por días extras (Fines de semana).
—¿Te interesa el trabajo querida?— Pregunta la señora, mientras voltea a ver a Luna.
—Umm... ¡Por supuesto, oba-san!— Exclama con seguridad, mientras da una sonrisa a la señora.
//Nota: Oba-san es un término que se usa para referirse a una abuela, o adulta mayor (señora).//
La oba-san de aspecto amable da su información de contacto a Luna y le propone venir mañana, para hablar mejor sobre el empleo.
En la noche:
—¡Ya llegué, mamá!—Tira la puerta al cerrarla.—Cuidado con la puerta, Luna—
—Lo siento, mami— Dice mientras se ríe y se sienta a tomar una taza de café.
—¿Pasó algo bueno?— Toma un poco de café.
—Logré encontrar un trabajo, mamá— Sonríe y mira a su madre.
—¿Trabajo de qué?—
—De niñera a tiempo parcial. Es raro, ya que nunca he cuidado niños, pero será divertido, o eso creo yo—
La mamá de Luna estaba un poco sorprendida, ya que nunca había visto su hija tan comprometida con algo, a parte de sus estudios. Era la primera vez que se interesaba en el cuidado de los niños, por lo que decidió dejarla hacer su trabajo.
Al día siguiente:
—Uff, estoy un poco nerviosa— Luna mira el papel con la dirección y se da cuenta de que era una buena zona de gente de clase alta. —Yo soy clase media, así que esto me sorprende mucho— Dice mientras observa con cuidado cada hogar. Mientras sigue caminando verifica el número de la casa y se percata de que pasó la casa por 3 más. Se regresa y se encuentra con una casa muy antigua, de aspecto cultural. Se notaba que era enorme, mientras que su casa era como la 3ra parte.
—Oh, ya iba saliendo, pensé que no vendría jovencita— Abre una reja grande que cubría la parte de afuera, arriba poseía electricidad. Al ser una zona de clase alta
—Buenos días, oba-san— Hace una reverencia y cruza aquella reja. Recorre un largo camino de no más de 20 mts, donde se encontraba la entrada principal con una gran puerta de madera.
—Esta casa fue construida por mi padre hace más de 45 años— La señora abre la puerta de madera. Poseía muchos seguros, por lo que tardaba un poco en abrirla.
—Es muy linda y está bien conservada— Se quita los zapatos al entrar y se dirige a sentarse en el gran sofá que se encontraba en la sala principal.
—Bien, ¿Cómo te llamas, jovencita?—
—Mi nombre es Luna Marie Goodman Haruna. Tengo 15 años, (aproximándose a los 16, y estoy en primer año de preparatoria— Sonríe.
—Entiendo...— Vamos a la cocina, prepararé té— La señora se dirige a la cocina a preparar el té.
—Me parece bien— Sigue a la señora hasta la cocina. Se sienta en una de las sillas de aquella gran cocina.
—¿Por qué decidiste trabajar de niñera?— Pregunta un poco curiosa, mientras preparaba aquel dichoso té.
Luna no haya una respuesta clara, ni ella misma sabía porqué quería trabajar siquiera. En el fondo lo sabía, pero sería algo muy personal para contárselo a alguien que apenas conoce. —Supongo que es porque me gustan los niños— Eso es lo que quería decir, pero mentiría al decirlo, ya que no estaba segura de querer tratar con niños. De hecho es hija única.
—Seré franca con usted, oba-san de nombre que desconozco. Quiero ser de ayuda recíproca a mi mamá. Ella me ha dado tanto, a pesar de su condición inestable. Yo antes vivía en el extranjero con mis abuelos y mi padre, pero no quería dejarla sola, por lo que vine a cuidar de ella, a pesar de que ella es la que cuida de mí— Dice con tanto de seriedad en su rostro—
—Mi nombre es Saori Matsunaga. Soy la abuela del niño al que vas a cuidar, jovencita. Me gusta tú honestidad, así que estás contratada— La señora sirve el té y coloca un plato de galletas en la mesa.
—Oh, gracias, Saori Oba-san— Prueba un poco del té. —Y gracias por el té y las galletas—
—Mi nieto está arriba jugando. Iré a buscarlo para que lo conozcas—
Saori-san sube a buscar a su niño, mientras que Luna disfrutaba de sus galletas. Ella estaba un poco nerviosa, ya que sería su primera vez cuidando niños...
—Espero poder llevarme bien con él— Suspira y bebe más té.
— No quiero a una niñera. Me niego a tener una, abuela—
Luna escuchaba aquellos quejidos del niño, mientras era obligado por su abuela a bajar. A pesar de todo, no se arrepentiría de su decisión.
—Tendrás que acostumbrarte— Dice Saori-san, mientras tomaba al niño de la oreja.
—¡Eso duele, abuela!— El niño ed obligado a bajar y a presentarse a la niñera— Soy Jun Matsunaga. Espero te vayas por donde viniste— Saca su lengua.
—Es un placer, Jun-Kun. Mi nombre es Luna Haruna, y espero nos llevemos bien— Sonríe y saca su lengua también. (Este mocoso impertinente)
—A partir de ahora ella cuidará de ti durante un largo tiempo—
Luna sabía que no era fácil el cuidado de ese niño tan odioso, pero daría todo de ella para lograr ganarse la confianza de Jun.
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Yo amo a mi niñera.
RomanceCuenta la historia de Jun Matsunaga, un niño de 10 años que fue abandonado por sus padres y criado por sus abuelos. Debido a que ellos deben trabajar y están muy viejos como para poder cuidar al niño, deciden contratar a Luna Haruna, una chica d...