envenenada

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Fui envenenada por aquella manzana roja,
carnosa y apetecible de tus labios.
Aquella manzana que no mordí, sino que me mordió ella a mí.

Y no se si dar gracias a aquel sabroso veneno que me mata, o pedir perdón por hacer que lo pongan en mi camino, sin previo aviso, sin compromisos.

Sin darme cuenta de que ese veneno me mata, porque a veces me alivia,
y el resto me amarga

cuaderno de pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora