29.

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El frío azotaba fuertemente las calles de Doncaster haciendo ver el paisaje más gris y depresivo de lo que ya era.

Después de mucho tiempo al fin podía volver a respirar el fresco aire de afuera. Habían cambiado muchas cosas desde la última vez que pise este lugar.

El barrio ya no era el mismo de antes, todos se habían ido en busca de algo mejor a los pueblos cercanos, donde ya había más urbanización. Si me lo preguntan yo hubiera hecho lo mismo, este lugar es una mierda y ahora luce peor, con casas totalmente  abandonadas y descuidadas, vidrios rotos en el suelo cubiertos por la tierra y el sonido del viento moviendo las pocas ojas de los arboles, filtrandose también  por las ventanas sin cristales, no podías observar nada a kilómetros más que polvo y miseria. 

Era deprimente estar aquí, todo parecía ser realmente triste pero, viéndolo desde ese punto entonces en realidad nada había cambiado, seguía siendo la misma mierda.

Camine rápidamente abrazándome a mi mismo y soltando vapor por la boca, quería llegar lo más pronto posible a mi antigua casa y ver cuál era el estado en el que se encontraba.
Aún faltaban como diez casas más y yo solo podía pensar en lo jodido que era todo esto.

Observaba el paisaje y podía ver imágenes borrosas de todas las travesuras que había hecho en cada lugar, como si las estuviera viviendo de nuevo. La casa de la señora Healy se dejaba ver a pocos pasos de mi, oh esa pobre ancianita, acabo mal al igual que su gato,  los dos enterrados en el pequeño bosque de atrás, seguramente ya no queda nada de ellos, los gusanos hacen rápido su trabajo.

Solté una pequeña risita al recordar como nisiquiera se dio cuenta de lo que había sucedido, ella estaba en el sillón de su sucia sala con su puto gato sobre las piernas, acabarla no fue difícil, solo un pequeño corte en el cuello y listo, la maldita estaba agonizando y gritando de dolor, pocos minutos después ¡pff! Su mirada sin vida había quedado fija en mi, su gato tampoco fue problema, tenía una pata coja por lo que no podía correr bien, solo lo tome y le corté la cabeza, el trabajo duro fue enterrarlos, quiero decir, los dos pesaban como la mierda y el lodo me hacía resbalar a cada rato. Si, este puto lugar estaba lleno de recuerdos.

Después de caminar unos instantes más por fin había llegado a mi casa, abrí la puerta que ya estaba por caerse, el tapete de "Bien venidos" aún estaba colocado, me limpie los pies justo como mami me había enseñado, saque mi chamarra y la coloque en el viejo perchero justo a lado de la puerta, si, en realidad algunas cosas nunca cambian, me introduje más, viendo cada rincón de la casa, estaba en las ruinas pero aún se podía sentir el calor de un hogar. Subí las escaleras, abrí las habitaciones y todo estaba como lo recordaba, incluso en mi cuarto la cama seguía destendida, los juguetes tirados en el piso y los rayones que había hecho en las paredes, todo estaba como mi último día aquí.
Baje las escaleras y me dirigí a la cocina pero ¡oh sorpresa!

Él estaba aqui, esperándome, solo a mi...

Circus of horrors  [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora