Nunca será suficiente

  

   Nunca será suficiente. No, en verdad creo que no podríamos vivir sin contradicciones, porque es nuestra mente de animales incoherentes la que rige nuestras acciones en sociedad. Aunque he de decir que no está de más mencionar que por alguna razón, quizá aquella responde a la necesidad de sentirnos en seguridad, muchos optan por seguir las imposiciones, no podemos evitarlas del todo, porque nos han marcado, porque hemos nacido en el interior de su vientre perfectamente creado, sin embargo todo sistema tiene sus fallas, y es que, no podría de ser de otro modo, porque sin fallas, no hay existencia que valga.

Ante las leyes, se prestan incoherencias, contradicciones propias de un mundo que necesita desarrollarse, de un animal que necesita conflicto para seguir vivo. Sin embargo, en el mundo de los mortales, no podemos limitarnos a pensar en la necesidad de vivir sin sentir, y hoy estoy aquí para hablar de ello, de una de las principales causas de conflicto de muchos, armas sublimes y transparentes que dañan incluso más que cualquier herramienta inventada por el ser humano, la palabra. Pero no cualquier palabra, sino una que corresponde a solo un enlace de la cadena que conforma a las imposiciones sociales, y a la manipulación del sistema por sobre los individuos que habitan la sociedad, a aquellos que tácitamente han permitido que funcione de ese modo.

Los canones de belleza, podrán sonar tan superficiales como algunos pretenden señalarlo, sin embargo, estos se muestran ingenuos ante el poder de este, pues no advierten que muchos son afectados de manera colateral, de modo que aunque lo hayan sido durante toda su vida, se niegan a darle algún valor, reduciéndolo a : "un juego de niñas", "un grupo de modelos huecas", "un truco del sistema capitalista". Y es que, la importancia de los canones no reside solo en el aspecto físico, o en un ideal, sino en cómo los individuos se permiten aferrarse a ello, de modo que acaban utilizándolo para demostrar fortaleza ante otros, haciendo uso de este, como arma primordial para marginalizar a quien no aceptan dejando a un lado si su aspecto se identifica o no, con lo que debe ser entendido como algo bello, pues lo que importa, en su mayoría, es canalizar vuestros propios problemas, o demostrar desprecio ante aquellos a quienes no puede colocársele una etiqueta, que les permita comprender. 

    La falta de tolerancia, respeto y consciencia, sobre la fuerza de las palabras, se acrecienta cada día, y el hecho de que las sociedades funcionen a partir de una comprensión visual,que sin duda da lugar al prejuicio, no es un hecho que haya que descartarse para comprender el comportamiento del sujeto y su utilización de la imagen física como herramienta para regular emociones, canalizar conflictos y herir a los demás.