Otra vez me encuentro en este horrible y triste lugar otra vez nos quitaron uno más de los nuestros. Las gotas de lluvia caen por todo mi cuerpo mojando me y cubriendo mis lágrimas que salen de mis lagrimales como si fueran cataratas.
El planeta de donde crecieron mis ancestros y que hoy en día se a vuelto un completo infierno cuando vino la guerra que decidía la existencia de la paz o la perdición de la humanidad. Desde que satán ganó la guerra a vuelto el mundo un completo infierno y a los humanos sus esclavos, mi familia se refugió en la época de la guerra y hemos sobrevivido por el echo de que tenemos que matar para seguir estando con vida. Mi vida se a vuelto un chiquero por completo y que no puedo escapar de las garras de lucifer por que es imposible.
Ya todos se fueron después del entierro pero los pocos que se quedaron fueron mi hermano, mi padre, mi mejor amiga y yo. Esta ultima me coloca una mano en mi hombro y se acerca a mi oído para susurrar me un " lo ciento" yo la miro con tristeza y ella me da una pequeña sonrisa que para nada oculta el dolor inmenso de perder a su novio, todos caminamos hasta entrar al auto de mi hermano que todo el camino a casa se mantuvo callado.
llegamos al bosque donde nos ocultamos de los seres sobrenaturales que quieren apoderarse de cada uno de nosotros.Salí del auto y me dirige a la cabaña que era una casa inmensa que ocupa medio terreno y que tiene un campo magnético espiritual para podernos sentir protegidos de aquellos espíritus que intentan dominarnos, fui a la cocina por un poco de agua para poder tomarme las pastillas de la ansiedad. Mi hermano se acerca a mi y me extiende un pañuelo por que sabe que voy a vomitar por tanta prisión de la perdida de uno de nosotros.
*maldigo a aquel ser que mató a stiven *
Pensé. Vomité en el contenedor de basura que me extendió mi hermano, me limpie la boca con el pañuelo que me dio mi hermano hace unos momentos.
- tranquila - dijo Carla mi mejor amiga que me dio un baso de agua.
Yo bebí y me senté en una de las sillas del comedor.- no es posible que cada día tenemos que enterrar a uno más de nosotros- dijo mi papá que se encontraba apoyado en el marco de la entrada a la cocina. Mi padre es un o hombre de unos 56 años que si lo ves pareciera que tuviera 30, el es un hombre viudo que perdió a mi madre en el juicio final. Mi padre echó un vistazo a la cocina y luego chasqueo.
- necesito remodelar la cocina- dicho en un susurro- parece un nido de ratas - comentó. Yo suspire ante su comentario absurdo y poco fuera de si.
- papá, deja de pensar en otras cosas y centra te en el presente.- dijo mi hermano ya que mi padre remodeló la cocina hace tres días.- viejo necesitas tus lentes- dijo amistoso Maximo mi hermano.
-¡ tienes razón!- dijo mi padre cuando recordó que la había remodelado recientemente.-¿ y donde puse mis lentes?- dijo retirándose de la cocina en busca de el paradero de los lentes.
Mi hermano y mi amiga me miraron con una pizca de diversión.
Y los tres nos reímos.
- ¿ mejor?- dijo Carla. Yo la mire unos segundos y después desvíe la mirada hacia la ventana que daba vista a al oscuro bosque.- un poco- dije sin mirarlos.-¿ cuando acabaremos con esto?- dije apretando los puños y tensando la mandíbula. - odio ver como cada uno de nosotros es llevado a ese horrible lugar para ser el objeto de diversión de ese maldito, ya ni siquiera puedo apreciar el cielo por que todo está nublado y solo se puede ver el maldito pentágono en llamas. - dije controlando mi ira para no perder el control de mi misma.
- calmante, kira - dicho mi hermano quien se encontraba sosteniendo me los hombros.
-¡ ja!,¿ como mierdas me puedo tranquilizar?. Cuando la humanidad se está muriendo por plagas, enfermedades, hambre, miseria, ¿¡ y tu me dices que me tranquilice!?- le grité por que ya no podía.- ¡ hoy murió uno de los nuestros, el era padre, hijo, hermano, amigo. Y hoy murió por que lo mataron! - dije explotando. Mi amiga se fue a un lugar de la cocina para llorar.
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Solo Tuyo Solo Mia
Science FictionDichoso aquel que ve que el fin de nuestros días se aproxima por que con los ojos de el presagió se puede ver hasta un demonio que tiene ganas de ti.