-Papá, por favor no me obligues a irme. -Pedí con ojos llorosos.
-Te he dicho que empaques tus cosas. -Dijo sin darme otra opción.
Enojada y llorosa comencé a empacar mis discos favoritos. Metí todo lo que pude en mi maleta pues solo podía llevar pocas cosas. A mi padre le ofrecieron un viaje en un crucero atravesando desde Nueva York hasta Los Ángeles. Nos mudaríamos allá al terminar el viaje.
Yo vivía con mi padre, tenía una hermana mayor de 23 y un hermano de 20. Acababa de graduarme, estudié fotografía. Tenía solo una amiga y ahora que me mudaba ya no tendría a nadie. ¿Novio? No tengo tiempo para ese tipo de cursilerías.
Mi padre nos había comprado a cada uno de mis hermanos un celular internacional. Él viajaba todo el tiempo y siempre se la pasaba mandándonos mensajes para preguntarnos por nuestro paradero y ese tipo de cosas. Cosas de papás. Mi madre había fallecido hace dos años, un accidente en nuestro baño, se resbaló y se golpeó la cabeza en la tina. Una muerte ridícula ¿No?
-Megan. -Dije llamando a mi mejor amiga. Mi padre siempre me ponía saldo ilimitado para que yo llamara a todos por ahí.
-Lia. -Contestó mi pelirroja amiga.
-¿Puedes venir a mi casa? Necesito hablar contigo. -Dije aventándome a mi cama.
-Claro, llego en 20 minutos. -Dijo seria. Colgamos.
Tenía 19 años, perfectamente me podía quedar aquí. Se supone que tendría una exhibición en unos días y mi padre me lo había arruinado. Mi relación no era tan mala con él, peleábamos pero lo quería.
Bajé las escaleras y fui al comedor, tomé una manzana, mi fruta favorita. En la barra a mi lado estaba mi hermana, Lisa.
-¿Estás emocionada con el viaje? -Pregunté. Ella bajó la mirada y luego alzó la cara con una sonrisa enorme.
-Si, ¡Ya quiero vivir en Los Ángeles! -Yo rodé los ojos y le di una mordida a mi manzana. Lucas se acercó a nosotras y nos sonrió.
-¿Están listas? -Preguntó emocionado. El de en medio para mi era un ñoño. Pero era mi hermano.
-Yo no, ¿Por qué ustedes si se quieren ir? -Pregunté molesta.
-Lia sera un nuevo comienzo, además a mi me encantaría ver las universidades que tienen. -Dijo Lucas
-Debiste de haber enviado una solicitud antes, así no te aceptarán. -Dije desalentándolo. Él agachó la cabeza, parecía un niño pequeño. Bajé del banco y me lancé a abrazarlo.
-Lo siento, no quise hacerte sentir mal. -Dije, él me pellizcó un brazo.
-Odio que hagas eso Lucas. -Dije divertida.
Tocaron el timbre y entró mi amiga Megan, ella era pequeña y pelirroja. Sus ojos eran cafés y su piel muy blanca, unas pequeñas pecas se le asomaban bajo sus ojos.
-¿Para qué me necesitabas? -Preguntó y se sentó en mi sillón poniendo los pies en mi mesita de centro.
-Me mudo mañana, ¿Recuerdas el crucero que te mencioné, Nueva York - Los Ángeles?
-Si. -Dijo algo preocupada. -¿Te irás?
-Si, no pude convencer a mi padre de quedarme aquí.
-Lia, ya tienes suficiente edad como para vivir sola en cualquier parte del mundo.
-Pero no suficiente madurez. -Dijo mi padre a mis espaldas. Bufé y luego Megan frunció su ceño. A ella no le agradaba mi padre.
-¿Qué pasara con la exhibición? -Dijo molesta.
-No habrá tal. -Dije agachando la cabeza.
-En Los Ángeles puedes hacer las que quieras. -Me instó mi padre y yo simplemente me limité a mirarlo.
Mi padre creía que ella era una mala influencia para mí. No me permitía salir a ningún lado con ella. Al menos permitía que ella viniera a casa.
-Lia, ya me voy, aquí apesta a hipocresía. -Dijo Megan. Su comentario me molestó.
-No seas irrespetuosa. -Pedí. Ella rodó los ojos, me abrazó y luego me dio un pequeño golpe en el brazo.
-Bueno... espero que te pueda volver a ver algún día. Mañana yo no estaré en casa así que posiblemente ya no te vuelva a ver.
-De acuerdo, Megan. -Dije agachando la mirada. Mi amiga se fue y mi padre suspiró aliviado.
-Por fin esa dañina amistad terminó. -Dijo mi padre tomando una pera del cesto.
-Papá, no empieces. -Dije molesta.
-Hija, ella hizo que Dean terminara contigo. Salió con él y además hizo que te dijera muchas cosas sobre ti y tú simplemente la perdonaste. Eso no está bien. -Dijo iniciando su sermón.
-Papá, deja de decirme con quién puedo hacer amistad.
-Gracias a Dios que ya nos vamos. -Dijo mi padre.
Me recosté y puse mi celular en mi lista de reproducción favorita. Se escuchaban canciones de todo tipo. Desde One Direction, mi banda favorita, hasta ASMR. Me quedé dormida y ya no supe más de mí.
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Amelia
Fanfic¿Qué pasa cuando le quieres escribir a tu ex pero te equivocas en un número? @DafAvalos