Señor Espejo.

Para el Reflejo.

¿De qué me habla usted?

Yo que no tengo vida propia,

dejar de culparme por su odio,

yo no hago nada,

solo soy el reflejo de usted misma.

Usted se ve gorda sola. [Yo no hago absolutamente nada]

Usted se juzga.

Usted ve lo que quiere ver.

Y cuando lo ve,

se hecha a beber.

Señorita,

dejarme de culpar por su miseria,

dejarme de culpar por las críticas. [Usted misma las hace]

dejarme de maldecir,

mientras usted vaga por ahí.

Usted dice que la miro con odio,

pero ha olvidado algo,

yo muestro el reflejo de usted,

por más que me rompa,

me tire

o me ilumine,

todo está en su cabeza,

yo no la odio,

usted se odia,

yo no la critico,

usted se critica,

yo no la miro con odio,

usted se mira con odio al ver que es lo que no debería.

No pensaba decirlo,

pero estoy harto de escuchar,

que yo estoy vacío,

cuando usted lo está.

Señora,

el odio no la deja respirar,

yo no soy culpable.

Lo siento.