Le ponemos etiquetas a todo y todos, los diferenciamos en categorías.
Gordo, flaco, lindo, amistoso, amargado, feo y la lista continua.
Etiquetamos tanto todo, que cuando conocemos a una persona, la etiquetamos según como está vestida o por su físico y no nos permitimos conocer como realmente es, lo que le gusta o disgusta.
Resumiendo, no nos permitimos conocer lo escencial de una persona, lo que importa.
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Insignificante.
RandomCuando estoy demasiado triste o demasiado feliz, se me da por escribir, este es el resultado.