Sehun tenía los ojos fijos en la carretera, viendo como los edificios grandes y lujosos pasaban a ser unos más pequeños y cutres. Los deportivos caros pasaban a ser coches de segunda mano, las pulcras y bellas calles de la ciudad pasaban a ser sucias y deprimentes. En verdad odiaba aquella zona a las afueras de la capital, los barrios pobres se le hacían tan repugnantes, ¿cómo la gente podía vivir en aquellas condiciones tan deplorables?
Aquel barrio era de tan poca clase, la acera repleta de basura, las calles todas rotas, las casas tan desgastadas y de mala calidad. Por no hablar de la gente, ¿qué tanto podía esperar de simples pobruchos de cuarta? Eran personas que no tenían ni media neurona, en su mayoría prostitutas y delincuentes. La sociedad estaba tan podrida gracias a gente como ellos, no negaba que también había hijos de puta con dinero, él había tenido que lidiar con muchos millonarios fanfarrones y egocéntrico, pero en su mayoría solían tener más cerebro para su punto de vista. En cambio los pobres solían ser analfabetos que ni siquiera sabían quién era el presidente de su propio país.
Suspiró para sus adentros, habían pasado dos días de la charla con sus padres y en esos momentos lo estaban llevando a lo del viejo idiota. Habían quedado en que Sehun trabajaría en el edificio en que su abuelo vivía, afortunadamente no tendría que compartir departamento con el viejo sin embargo viviría en frente lo cual era básicamente lo mismo.
Cerró sus ojos y echó la cabeza hacia atrás, ¿por qué esas cosas le sucedían a él? No quería tener que trabajar en un deprimente edificio y mucho menos tener que vivir allí. Su infierno comenzaría ese día definitivamente, tendría que lidiar con personas de clase baja y peor aún, trabajar para ellos. ¿En qué momento había caído tan bajo? ¿Todo por una maldita fiesta? Si le hubieran dicho antes que hacer la mejor fiesta de su vida implicaría eso, jamás la habría hecho. Si sus padres querían que se arrepintiera lo habían logrado, sin duda, habían logrado que Oh Sehun se retractase de sus actos. Habían logrado que se sintiera mal y que comenzara a odiar las fiestas, pero también habían logrado que el chico comenzara a detestar su vida de verdad.
—Esto es solo el comienzo —susurró pará sí mismo.
Siguió pensando en todo lo negativo de su vida y trato de imaginar como sería su nueva vida con el viejo, si le dieran la oportunidad de rebobinar en el tiempo y evitar aquella fiesta lo haría sin pestañear, pero lo hecho, hecho estaba y no había vuelta atrás.
Resentido se revolvió el cabello con molestia, estubo a punto de gritar de frustración hasta que sintió como su padre aparcaba el coche. Luego vió como ambos mayores salían del vehículo y abrían el maletero quitando sus pertenencias de allí.
Sus ojos se posaron en el edificio a su derecha: pintura desgastada por el paso del tiempo, paredes mohosas, plantas marchitas, una entrada que dejaba mucho que desear, balcones enrejados, una montaña de boslas llenas basura a un costado de la edificación, olor —literalmente— a mierda... Era una imagen completamente desagradable, no quería ni imaginar lo que debía ser por dentro.
—Sehun, sal del coche —ordenó Jongwook, pero su hijo se negó rotundamente—. ¿Me vas a obligar a bajarte del coche a la fuerza?
Sehun no respondió simplemente se alejó de la puerta como un niño asustado, se estaba comportando de manera muy infantil, lo sabía, pero no pensaba salir del coche hasta que estuviesen de vuelta en su hogar.
—Sehun... —pronunció en tono de advertencia su madre—. Fuera del coche, ahora —señaló hacia el exterior, sin embargo su hijo siguió con la misma tesitura—. Contaré hasta tres, si no estas fuera para cuando termine te sacaremos por la fuerza —comenzó la cuenta regresiva con sus dedos al tiempo que habría la puerta y Sehun retrocedió aún más—. Uno... —se apartó para darle la oportunidad a su hijo de salir—, dos... —Sehun le sacó la lengua—, tres... —aguardó un par de segundos más y suspiró—. Jongwook bájalo del coche.
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Kawaii Boy » HunHan
FanfictionOh Sehun a sus 21 años de edad podía afirmar que su vida era completamente perfecta. Tenía todo lo que cualquier persona podría desear; unos padres asombrosos que siempre lo atendían y cumplían todos sus caprichos, la oportunidad de estudiar lo que...