Mismo objetivo

Nivel 1

Nivel 1

Pero aquello solo fue el primer paso para abrirme los ojos, para darme cuenta de cómo es realmente Undeb. Lo llamaban la unión, el conjunto de todos los sectores, que con su trabajo y estabilidad hacían de ella una gran nación, la más poderosa. Se decía que habían existido otras naciones en tiempos antiguos, pero que eso fue antes de que casi todos los seres humanos decidieran condenarse a ellos mismos a la muerte y al fracaso en una lucha por el poder. Personas de todas las razas, colores y creencias no eran capaces de vivir unos con otros en los mismos lugares sin ocasionar peleas o jerarquías, siempre se considerarían razas por encima de otras, cuando no era así. La Base misma nos lo recordaba todas las mañanas al citar el himno.

Estamos aquí gracias a que nosotros sí supimos convivir los unos con los otros sin diferencias, estamos aquí para recordar que todos somos iguales sin distinciones, porque es eso lo que nos hace grandes, lo que nos une y lo que nos lleva a estar aquí hoy y no a las otras naciones.

Somos la Undeb y damos gracias al que un día nos creó para prosperar a través de la ciencia y el progreso de los elegidos para sobrevivir.

Orden. Estabilidad. Progreso.

Ese es nuestro lema.

Y así cortaban la emisión cada día antes de comenzar con las clases. Lo repetían desde que éramos niños, debíamos saberlo de memoria y citarlo cada mañana junto a los demás, a veces se hacían pequeños comunicados y teníamos que reunirnos en la plaza central de cada sector para repetir juntos el himno acompañado de la música. Pero eso pocas veces ocurría.

Hoy estábamos a 1 de Enero del 3050, han pasado varios meses desde aquel “incidente” en el pasillo del instituto con el joven de pelo azul. Mi compañero de matemáticas avanzadas, Dylan, nos había ayudado a salir discretamente de allí antes de que nos retuvieran para darnos unas pastillas y olvidar lo ocurrido. Era lo que le convenía a la Base, que todo siguiera igual, sin que nadie se planteara nada de lo ocurrido, todo de forma pacífica por supuesto, sin incumplir el lema, orden.

Pero al igual que Dylan, como supondréis había más gente en aquel pasillo que consiguió sacar a un par de alumnos a parte de nosotros sin llamar la atención. Todos se proponían lo mismo, sacar la verdad a la luz. Dylan nos miró a Cooper y a mí y nos dijo dónde reunirnos después de clase, recordándonos antes que debíamos actuar con normalidad y no contárselo a nadie antes de saber de qué iba todo aquello, solo pudimos asentir y lo despedimos antes de entrar a geografía. Llegamos tarde, pero lo justificamos con que había ocurrido un incidente en uno de los pasillos y por eso nos habían parado, sin decir que habíamos estado presentes en aquel incidente. La profesora asintió y nos mandó sentarnos en nuestros lugares asignados.

Cuando entré en contacto con la superficie fría del metal bajo mi cuerpo me estremecí sin saber muy bien qué había sido eso. Toqué la pantalla en la mesa haciendo clic en libros, y luego en geografía, y en menos de dos segundos apareció la página por la que nos habíamos quedado. No podía prestar atención a nada de lo que decía la señorita, yo solo observaba el holograma que representaba Undeb con todos los sectores y luces que indicaban cada uno de los puntos importantes a lo largo de nuestra historia, en cambio Cooper no dejaba de mirarlo con mucha curiosidad y me pregunté qué habría visto. Decidí a pesar del riesgo abrir una ventana de contacto con el lugar número doce, Cooper. Y escribí lo siguiente:

¿Qué pasa Coop?

Esperé que lo tuviera en modo silencioso porque sino todo el mundo sabría que había recibido un mensaje en medio de clase, lo cual estaba prohibido. Entonces vi cómo levantaba la cabeza del holograma y escribía algo con toda normalidad, levantando la cabeza de vez en cuando hacia la profesora indicándole que tomaba apuntes. Pero no lo hacía, y lo confirmé cuando llegó su respuesta.