5 de Septiembre, 13:45
Se encontraba en una habitación solitaria contemplando el piano que se encontraba en frente suyo. No era la sala ni alguno de los cuartos de su casa-era demasiado moderna para eso-, tampoco era la de Nick-el no tendría el dinero suficiente para pagar una decoración tan elegante-, era la sala del amigo de la infancia y actual pareja del abogado con el pelo de punta. Phoenix le había hecho el favor de conseguir la sala prestada por algunos minutos pues tenía, no, más bien, necesitaba hacer algo importante ya que este era un día especial.
En sus manos sostenía fuertemente dos cosas que no estaba dispuesta a dejar ir por nada del mundo, estos objetos traían consigo recuerdos demasiado preciosos como para perderles o permitir que se los arrebatasen.
Con algo de temor y dudosa caminó hacia una pequeña mesita de cristal que se encontraba en medio de la sala donde colocó cuidadosamente los objetos que cargaba consigo: Una pequeña cajita musical y una fotografía enmarcada-algo amarillenta por el pasar de los años y con unos cuantos dobleces justo por el medio-de ella y su hermana cuando pequeñas; más específicamente la foto en donde su hermana intentaba arreglar el jarrón de la aldea Kurain roto por primera vez ¡Que hermoso recuerdo!
Por otro lado la cajita musical también traía consigo una historia preciada para la médium y por ello se encontraba en esa sala este día. Caminó a pasos decididos hacia el piano y tomó asiento en el banquillo de este, más segura que nunca de lo que haría.
Con delicadeza y elegancia colocó sus manos en la posición correcta, dio una última mirada a la cajita musical y a la fotografía enmarcada y, finalmente, comenzó a tocar la melodía que se encontraba en su corazón desde hace tanto tiempo.
A pesar de estar algo insegura en un principio, en poco tiempo encontró el ritmo adecuado para ir tocando cada vez más y más fluido. Numerosos recuerdos iban llegando a su memoria. Recuerdos que tenia acerca de su hermana.
-Maya, por favor, ¡para de llorar!- Recuerda que en aquella ocasión Mia se encontraba muy nerviosa y era normal, después de todo la estaba ayudando a reparar el jarrón sagrado de la aldea Kurain que había roto accidentalmente mientras jugaba con una escoba. Ese día no podía parar de llorar ¡mamá la castigaría! Se asustó aún más cuando vio a su hermana entrar en la sala mientras ella solamente sollozaba observando el jarrón hecho trizas. De inmediato y sin importarle las consecuencias, Mia se puso a intentar arreglar el jarrón y a su vez, intentar consolarla a ella. Nunca olvidaría ese día.
Tampoco olvidaría el día en que obtuvo esa cajita musical que ahora la acompañaba. Mía y ella todavía vivían en la aldea Kurain. Era el día de su cumpleaños y Mía le había dicho que tenía una sorpresa para ella en su habitación, cuando fue ahí notó que su hermana ocultaba algo en su espalda. Esta rápidamente se volteo y acompañado de un ''Feliz cumpleaños. Te quiero mucho'' le entrego uno de sus objetos más preciados hasta ahora: una pequeña cajita musical que contenía la melodía que en estos instantes ella misma tocaba.
A pesar de eso, no todos los recuerdos que le llegaban a la mente en esos momentos eran agradables. Algo que le dolió bastante recordar fue la muerte de su querida hermana. El llegar de visita a su bufete en la noche solo para encontrarse con la horrible escena de su hermana asesinada la congeló por instantes, y cuando finalmente reaccionó solo pudo atinar a caer de espaldas. Esto no podía ser cierto, tenía que ser una broma ¡Era imposible!¡Después de tanto tiempo por fin volvería a ver a su querida hermana mayor y pasaba esto!¡Tenía que ser una broma! Pero desgraciadamente era cierto, Mia estaba muerta en frente suyo. Solo pudo acercarse a gatas mientras intentaba no llorar aunque en esas circunstancias pareciese imposible. Tenía ganas de abrazarla y de decirle una y otra vez lo mucho que la quería y también, suplicarle que no la dejara sola, no de nuevo. Pero por desgracia o por fortuna no pudo hacer nada de eso pues Phoenix llegó y lo demás, como quien dice, es historia.
Sin darse cuenta Maya había empezado a derramar unas cuantas lágrimas que viajaban lentamente por sus mejillas para finalmente caer en el piano.
Ahora que recordaba su pasado, pudo acordarse a otra persona importante para ella, su madre, Misty Fey.
Desgraciadamente no recordaba mucho de ella. Pareciera que todos los recuerdos de su infancia junto a su madre hubiesen desaparecido. Aún que si recordaba que esta la adoraba, tanto a ella como a su hermana.
Para su mala suerte el recuerdo más reciente que tenía de su madre ahora era el de su muerte. El como la encontró en el templo Hazakura bajo el nombre de Elise Deauxnim y esos extraños ropajes que creyó reconocer de algún lado cuando la vio por primera vez a pesar de no recordar exactamente de donde es un recuerdo que en estos instantes la llenaban de tristeza, tristeza de no haber podido reconocer a su propia madre, la persona que le había dado la vida y tanto amor, pero ante todo, tristeza de no haber podido salvar su vida, más aún porque murió intentando protegerla. Y a pesar de ello, no puede evitar sentir cierta ironía al no ser capaz de odiar a la persona ''responsable'' de la muerte de su madre.
Diego Armando o mejor conocido Godot a pesar parecer a simple vista una persona extraña, misteriosa y, hasta cierto punto, tenebrosa no era alguien malo, solamente no supo como afrontar los obstáculos que la vida le había presentado. Él la hacía recordar que ella no fue la única persona que sufrió por la muerte de Mia, él también lo sufrió y quizá mucho peor que ella. Prácticamente con la muerte de su hermana le arrebataron todo, y aunque accidentalmente Diego fuese responsable de la muerte de Misty Fey nuca podría culpar lo, quizá a otra persona lo hubiese hecho pero no a él, sobre todo por que el motivo que tuvo fue defenderla, y cómo acabó. Pareciera como si tuviese una maldición que causase que las personas a su alrededor terminasen sufriendo. Misty Fey, su madre; Mia Fey, su hermana mayor; Diego Armando, la pareja de su hermana, he incluso Phoenix Wrigth, su más preciado amigo. Todos y cada uno de ellos había sufrido una u otra vez y cada vez que esto pasaba sentía que la única responsable de ello de una forma u otra era ella misma.
Terminó de tocar la canción en el piano y lo que antes eran sollozos silenciosos se habían transformado en gritos de profundo dolor y tristeza. Tenía ganas de aventar cuanta cosa viera en medio pero se contuvo al estar en una casa ajena, simplemente permaneció sentada en el banquillo del piano sacando a flote todo lo que guardaba en su corazón.
Los gritos que la médium emitía retumbaban por todas las habitaciones de la casa llegando a los oídos de Phoenix y de Miles. Tanto el fiscal como el abogado sentían la necesidad de ir a ver si Maya se encontraba bien, pero sabían que necesitaba su espacio.
Maya supo desde un principio que esto pasaría y Phoenix lo intuyó, aun así los planes de ella no cambiaron para nada y él tampoco intentó detenerla pues era una fecha importante; 5 de Septiembre, el aniversario de muerte de Mia.
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Turnabout Sisters [EDITANDO]
FanfictionUn triste recuerdo acompañado de una canción nostálgica. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Ace Attorney no me pertenece, es propiedad de Shu Takumi y...