Capítulo 1: Parte I

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Me encontraba despierta, en la cama mirando a la ventana, eran aproximadamente las 6 de la mañana, enseguida me debería levantar para ir al instituto.

Estuve al menos media hora mirando el cielo aclararse, esperando que sea la hora de levantarme. El gallo de todos los días cacareó y me destapé y me dirigí al baño de mi habitación compartida con mi pequeña hermana. 

Hice lo de siempre, me aseé, arreglé, peiné mi cabello y observé el resultado, bonito. No era una persona engreída pero no me subestimaba y tampoco me dejaba caer por comentarios negativos. Me aceptaba como era. 

Volví a la habitación y observé a Samantha aun durmiendo. Sonreí y agarré el uniforme y mis botas negras de todos los días y antes de vestirme como me da costumbre contemplé todo. Era increíble como el país se iba cada vez más abajo, pero a mí no me importaba. Que esos mal nacidos hagan lo que quieran, yo no obedecía. Los odiaba, y eso les daba muchas razones por las cuales me deberían matar, por 'opinar diferente'. Escuchaba electrónica, rock, pop, me juntaba con mis amigos... todo eso, estaba terminantemente prohibido, eran reglas ¿y yo? las restringía, era algo inevitable. Terminé de arreglarme y bajé al comedor. 

Saludé a mi madre y me senté a desayunar. Chocolatada caliente con tostadas y mermelada con un vaso de jugo de naranja. A pesar de que luego del golpe de estado todas las ganancias de mis padres y el duro trabajo cayeran ellos seguían haciendo lo posible para que siga tal y como era, dándonos de comer como lo hacían, comprándonos lo que queríamos y necesitábamos, es por eso que siempre voy a estar agradecida con mi familia. 

Terminé de desayunar y saludé a mi mamá dispuesta a irme pero me toma del brazo antes de salir.

-Sophie, con cuidado, por favor. Ya sabes, no quiero que te suceda nada. -Asiento, la abrazo y salgo. Así era siempre, ella pidiéndome que tenga cuidado y yo diciéndole que sí, que iba a estar bien cuando en realidad lo que más hacía era ponerme en peligro a mí misma. Probablemente era egoísta porque los haría sufrir si algo me sucediese pero el no hacer caso es más fuerte que yo y necesito arriesgarme. De tanto tiempo haciéndolo sin que nada me sucediera creo que fue el empujón que necesitaba para no temer a nada.

Llegando a la escuela observé por milésima vez todo. Eran rostros serios, sin charlar, sin socializar, callados y todos siguiendo sus propios caminos. Y no era culpa suya, era culpa del gobierno, no poder hablar, socializar era una de las reglas.

Y supongo que a la chica desobediente le tocaron amigos desobedientes. Con mis amigos nos juntábamos, charlábamos, reíamos, pero es que nadie podría prohibir eso, era imposible. 

Caminé solitaria hasta el interior, tratando de no ser pillada por ningún policía rondando por ahí y me torture metiendo cables de electricidad en mis partes íntimas obligándome a decir que odio al gobierno para así, finalmente, matarme. Porque así lo hacían, yo lo había visto y eran escenas perturbadoras y horribles. Torturaban a gente inocente y normal. 

Dentro del instituto, todo era diferente. Los chicos y chicas hablaban, compartían secretos. Obviamente no a gritos, porque a pocos metros había policías pero no por dentro de la escuela donde pudieran escuchar y/o ver a las personas socializando como es común. 

A lo lejos contemplé la dorada cabellera de Cassy, fui trotando hacia ella. 

-¡Hoola! -saludé y abracé. Nos veíamos después de todo un fin de semana sin saludarnos. Si bien nosotros nos juntábamos, entre amigos, el fin de semana anterior fue un poco difícil ya que las autoridades comenzaron a aumentar y habían policías hasta cuando te ibas al baño, exagerando.

-¡Sophie! -me correspondió el abrazo. Nos soltamos.

-¿Qué demonios con todos estos hijos de puta? ¿Viste lo que sucedió? -susurré cerca de ella. 

Hide Yourself.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora